El libro de los reyes


La iglesia Santa María la Mayor de Ronda expone la Biblia de San Luis, un códice nobiliario del siglo XIII, que combina comentarios bíblicos con 4.887 medallones de pan de oro

El texto cede protagonismo a las 4.887 imágenes ricamente coloreadas.

El viejo códice tiene 1230 páginas repartidas en tres voluminosos tomos.

Alfonso X recibió la Biblia de su primo San Luis y se la legó a su hijo Sancho.

Corría el año 1226 cuando Blanca de Castilla, madre del rey San Luis o Luis IX de Francia, encargó al entonces Obispo de París la elaboración de un libro que sirviera para educar a su hijo siguiendo las enseñanzas de la Biblia. Así, después de casi ocho años de duro trabajo, nació la Biblia de San Luis, un antiguo códice en el que las palabras ceden protagonismo a 4.887 imágenes ricamente coloreadas. Se trata de atractivos medallones que facilitan la comprensión de los textos a los que acompañan. En definitiva, los fragmentos de la Vulgata -versión latina de la Sagrada Escritura- aparecen completados con comentarios moralistas adaptados a la época y bellos dibujos ejemplificantes.

Para la elaboración de esta obra se mataron unos 350 terneros y se utilizaron 700 pergaminos repartidos en tres voluminosos tomos, y es que las páginas sólo podían ser escritas por una cara debido al peso del oro que rellena cada uno de los medallones. Quizás por eso, por el oro, el lenguaje icónico y los relatos, la Biblia de San Luis fue calificada por Alfonso X el Sabio como un libro digno sólo de reyes. De hecho este códice ha pasado por las manos de muchos de ellos e incluso su majestad el Rey Juan Carlos I posee una espléndida copia del original, al igual que el Papa. Sin embargo, el auténtico se conserva en la Catedral Primada de Toledo, aunque una exposición de códices 'casi originales' se encuentra estos días en Ronda mostrando entre sus más queridas joyas, la Biblia de San Luis.

Capítulo inédito
Además, la versión que se expone en la Ciudad del Tajo está más completa que la original, puesto que entre sus páginas se incluye el capítulo referido al Apocalipsis, fragmento que fue robado no se sabe cómo, cuándo ni dónde pero que, afortunadamente, apareció hace años en Estados Unidos, donde permanece en la actualidad. Sin embargo, este cuadernillo ha podido ser reproducido e incluido en el tercer tomo de sus 987 facsímiles.

Asimismo, estas copias calificadas como 'casi originales' imitan en cada detalle el códice del siglo XIII: materiales, tamaño peso e incluso tacto, grosor y olor.

La Biblia de San Luis facilita la comprensión de una importante parte de la historia gracias a la iluminación de sus páginas. La Edad Media toma forma a través de sus 4.887 medallones, siendo cada uno de ellos único e irrepetible. De este modo, cada página del códice acoge dos columnas de texto y otras dos de imágenes, haciendo referencia una de ellas a fragmentos bíblicos y otra a los comentarios moralistas incluidos por Guillermo, Obispo de París. Y es que tal fue su importancia que Alfonso X el Sabio, quien recibió el códice de manos de su primo Luis IX, después de haber sido derrocado por su hijo Sancho, le escribió a éste desde su celda rogándole que cuidase con esmero la Biblia de San Luis.

Imágenes diversas
Pero la Biblia de San Luis no es el único tesoro bibliográfico que se esconde en el interior de algunas de las iglesias españolas, ya que la exposición de códices de Ronda muestra numerosas obras enriquecidas con llamativos dibujos y muy diversa temática. Tal es el caso del códice de Gerona, del Beato de Liébana, cuyos orígenes se remontan al siglo X y cuyas imágenes son obra de una mujer, la miniaturista En. Asimismo, la muestra no se reduce sólo a la geografía española, sino que recoge también El libro del golf, del siglo XVI, actualmente en la Biblioteca británica, o el Atlas Miller, que permanece en la Biblioteca nacional de Francia. Junto a ellos se exponen el libro de Horas de Luis De Orleans o el de María de Navarra, del siglo XIV.

Todos estos códices -escritos antes de la invención de la imprenta, hasta un total de 30, permanecerán en la iglesia Santa María la Mayor de Ronda hasta el próximo domingo 17 de octubre. Allí recuerdan que, hace tiempo, la lectura no era algo individual y casi privado, sino una actividad pública que servía para educar y entretener. Y entre todos ellos continuará brillando con luz propia la Biblia de San Luis, el códice más ricamente iluminado y, sin duda, uno de los libros de texto más pesado de la historia. Y es que muchos de los códices de la exposición reciben el nombre de 'tumbos' porque, por su peso, fueron creados para ser leídos tumbados.

Almudena Salcedo
 

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