El Planetario de Pamplona desempolva los tesoros bibliográficos clonados por Manuel Moleiro
El editor muestra en Pamplona una selección de las réplicas de algunos de los manuscritos iluminados más importantes de la historia
Ion Stegmeier | 27/09/2024
La Biblia de San Luis está considerada por muchos especialistas el libro más fastuoso creado por el ingenio humano. Un ejército de personas empezó a trabajar en ella en 1226 y, tras haber incluido en sus páginas 4.887 miniaturas (pinturas) diferentes, pusieron el punto final en 1234. Un esfuerzo titánico para acabar teniendo un único lector. Acabó en las manos de Alfonso X el Sabio, quien estableció que sólo él podía usar esa Biblia, sólo él tenía la dignidad suficiente. Muy pocas manos han pasado las páginas de estos manuscritos iluminados, como se llama a los códices medievales ilustrados, y por eso se han conservado prácticamente nuevos.
Manuel Moleiro (Cea, Ourense, 1951) estaba terminando Periodismo cuando se dio cuenta del tesoro que suponían estos códices, y de lo inaccesibles que eran. Se le encendió la bombilla y pensó en clonarlos. "Hacer una réplica y democratizarlos", explica él, "para que pueda verlos cualquiera, pero también para que se estudien", apunta, porque de cada uno de ellos apenas se conocían un par de imágenes, e incluso escuchaba cosas sobre ellos que no eran verdad.
Así creó su editorial especializada en estas reproducciones, de las que expone una muestra en el Planetario de Pamplona. El Gabinete de las Maravillas. Códices ilustres (s. VIII-XVI) se puede visitar hasta el 19 de octubre, con entrada libre.
'Beato de Liébana, códice de San Andrés de Arroyo' (c. 1220).
Manuscrito sin encuadernar, para que se vea como es el cosido de un códice. CORDOVILLA
Estos tesoros de Moleiro estaban en su mayoría en las bibliotecas nacionales de Francia, Reino Unido, España, Italia y principalmente Rusia. "Con Catalina la Grande tenían en la Embajada en París siete especialistas que durante la Revolución Francesa iban comprando todo lo que salía al mercado", explica Moleiro. "Catalina la Grande tenía la ambición de formar para Rusia la biblioteca más importante de todos los reyes de todas las monarquías europeas y yo creo que lo consiguió", añade.
Eran libros de gran valor que cuanto más ilustrados estaban indicaban una mayor categoría social de su dueño. "Hoy el rango lo definen las armas atómicas, en aquel momento lo definía algo menos ofensivo", bromea.
Los cuadros se ven colgados en las paredes de los museos pero los códices -"museos encuadernados" les han llamado- necesitan que el espectador los toque, que pase página, y eso los hacía inaccesibles. El último propietario del Breviario de Isabel la Católica, por ejemplo, fue Felipe II, que lo donó al Escorial. "Los franceses nos invadieron, asaltaron el Escorial y se lo llevaron. Luego lo vendió un banquero y diplomático en Londres en 1851 al British Museum. ¿Qué manos tocaron ese libro? No se sabe, pero no muchas", calcula el editor.
Moleiro llama a las publicaciones "casi originales". Original solo hay uno, pero estos son ejemplares que tienen todas las características del ejemplar primitivo. "Si ponemos una miniatura al lado del original y la vemos a 5.000 grados kelvin, que es la luz perfecta, sería indiferenciable uno del otro, hemos llegado a ese nivel de perfección", asegura. Para llegar ahí estucan antes el pergamino, si el original está en pergamino, o el papel, y previamente al lienzo le dan una imprimación en blanco.
Manuel Moleiro en la exposición. CORDOVILLA
Moleiro tuvo la suerte de que el primer manuscrito que clonó fue el Beato de Fernando I y doña Sancha (1047) y le salió bien. Eso le abrió las puertas. Así ha ido ampliando el catálogo. En cada nueva obra incluye un estudio histórico hecho por un equipo de especialistas pluridisciplinar, en español, inglés y francés. La tirada siempre es de 987 ejemplares. ¿Por qué ese número? Moleiro sonríe. "Bueno, el 7 es la perfección; son los días de la semana, los planetas, los pecados capitales. Cuando le preguntan a Cristo cuántas veces tienes que perdonar a tu hermano, dice 70 veces 7", explica. Que la tirada sea menor a mil tiene que ver con su carácter de edición limitada, numerada y certificada, para que tenga un valor económico mayor. Todos los libros que ha editado, con precios que oscilan entre los 1.500 y los 30.000 euros, se han agotado.
Los 'moleiros' están en las grandes bibliotecas de Estados Unidos (Stanford, Harvard, Princeton, todos) y también en la Casa Blanca, el Elíseo, el Vaticano o la Zarzuela (Navarra regaló a los actuales reyes, cuando se casaron, el Libro de horas de la Reina María de Navarra). "Yo he hecho esto para gente, digamos, relevante en todo el mundo", admite. También le han pedido ejemplares para exposiciones o películas como El reino de los cielos, de Ridley Scott.
Entre las obras destaca la Biblia de San Luis por su envergadura, pero otro de sus favoritos sería el Libro del Caballero Zifar, el primer libro de caballerías y también la primera novela que se escribe en prosa, donde se ve la realidad social de aquel momento. "Estos libros nos sirven para darnos conocimiento científico, pero también para mostrarnos algo tan elemental como la manera en que vestían, qué comían o cómo eran sus casas", establece Manuel Moleiro.
Y, aunque pueda parecerlo, no todos son cristianos. El Libro de la felicidad (1582) es el más ilustrado del mundo musulmán. "Se conserva en la Biblioteca Nacional de Francia por obra y gracia de Napoleón Bonaparte, que cuando invadió Egipto se lo llevó de El Cairo", precisa. Moleiro destaca las particularidades de su impulsor: "Es un libro hecho por Murad III para su segunda hija, de los 110 hijos que tuvo, 103 estando vivo y 7 después de la muerte", apunta. "Era un hombre que inicialmente era monógamo, pero sus hermanas y su madre le convencieron de que siendo monógamo el sultanato terminaría con él, no tendría continuidad, porque tenía dos hijas, y empezó su afán de tener hijos", sonríe. El libro, en cualquier caso, es importante en términos históricos porque es un ejemplo de tolerancia religiosa, e incluye imágenes de iglesias cristianas, de judíos y creencias de todo tipo.
Ahora Moleiro trabaja en dos próximas ediciones. Uno es el Román de la Rosa y el otro es el Libro de las maravillas, de Marco Polo y Odorico de Pordenone, "los primeros turistas de la historia", sitúa, aunque sus viajes duraban de 15 o 20 años. En todos ellos se propone aplicar lo que recogió 'The Times' en el reportaje que le dedicó en 2001: "Moleiro, el arte de la perfección".
OBRAS NAVARRAS
La exposición incluye dos obras navarras. Por un lado el Libro de horas de María de Navarra (1340). "importantísimo porque es el primer libro de horas que se pinta en la Península Ibérica", explica Moleiro. Pintado por Ferrer Bassa para la reina María de Navarra por encargo de Pedro el Ceremonioso. Ahora está en Venecia. El otro es el Libro de Horas de Enrique IV de Francia y III de Navarra, que gustó tanto al rey que mandó estampar su escudo en la cubierta.