Beato de Liébana, códice del Monasterio de San Andrés de Arroyo, Palencia

f. 160r, El Juicio Final


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La boca del infierno abre sus enormes fauces el día del Juicio Final. La representación del infierno mediante las fauces de un monstruo se convirtió en un motivo iconográfico tradicional del arte inglés.

En el registro superior toda una serie de personajes esperan a ser juzgados. En realidad no hay expresiones de sufrimiento, pero sí gesto preocupado y expectante, incluso humilde o de cierta súplica, ante la sentencia del Juez. Las vestiduras diferencian a los personajes, ya que indican su sexo y posición social. Aparecen representados todos los estamentos: dos reyes con corona, un obispo con mitra y báculo, varios religiosos, laicos, posiblemente aristócratas (por sus tocados).

Los juzgados y condenados aparecen en el registro central. Un diablo sujeta la cuerda que los ata a todos por el cuello, fórmula diferente a la tradicional de las manos atadas.

El fuego es el castigo clásico, unido a la visión eterna de los demonios, de la oscuridad y a los golpes. La representación gráfica del castigo de la rueda, sin embargo, es excepcional en el arte hispano y europeo, en general, a pesar de que sí existen  referencias literarias a este suplicio.

Carlos Miranda García-Tejedor
Doctor en Historia
(Fragmento del libro de estudio Beato de Arroyo)


f. 160r, El Juicio Final

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f. 160r, El Juicio Final

La boca del infierno abre sus enormes fauces el día del Juicio Final. La representación del infierno mediante las fauces de un monstruo se convirtió en un motivo iconográfico tradicional del arte inglés.

En el registro superior toda una serie de personajes esperan a ser juzgados. En realidad no hay expresiones de sufrimiento, pero sí gesto preocupado y expectante, incluso humilde o de cierta súplica, ante la sentencia del Juez. Las vestiduras diferencian a los personajes, ya que indican su sexo y posición social. Aparecen representados todos los estamentos: dos reyes con corona, un obispo con mitra y báculo, varios religiosos, laicos, posiblemente aristócratas (por sus tocados).

Los juzgados y condenados aparecen en el registro central. Un diablo sujeta la cuerda que los ata a todos por el cuello, fórmula diferente a la tradicional de las manos atadas.

El fuego es el castigo clásico, unido a la visión eterna de los demonios, de la oscuridad y a los golpes. La representación gráfica del castigo de la rueda, sin embargo, es excepcional en el arte hispano y europeo, en general, a pesar de que sí existen  referencias literarias a este suplicio.

Carlos Miranda García-Tejedor
Doctor en Historia
(Fragmento del libro de estudio Beato de Arroyo)


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