En 1924, Charles de la Roncière, historiador francés especialista en cartografía, atribuyó a Cristóbal Colón una carta marina portulana que desde entonces ha sido tema de debate y discusiones.
La carta marina muestra el clásico diseño del área mediterránea, complementado con la costa atlántica, que se extiende desde el sur de Escandinavia hasta la desembocadura del río Congo. Contiene una nomenclatura especialmente completa de toda la costa africana, zona donde se cree que Colón hizo al menos un viaje con los portugueses. Incluye por el Este, el Mar Negro y el Mar Rojo; hacia el Oeste aparecen una serie de islas -unas reales y otras imaginarias-, desde el Ártico hasta el Golfo de Guinea.
En la parte alargada del pergamino hay un pequeño mapamundi circular cuyo centro es Jerusalén, rodeado por aros celestiales que simbolizan el concepto geocéntrico del universo. No es muy frecuente encontrar una carta práctica de navegación, yuxtapuesta a un plano cosmográfico. Una de las notas latinas que lo acompaña indica que el mapamundi, pese a estar dibujado sobre un plano, debe considerarse esférico. Mediante la presentación de la tierra de esta forma, se comprueba el carácter de transición del mapa entre el Medievo y el Renacimiento.
La bandera española sobre Granada denota que el mapa se completó después de enero de 1492, tras la conquista de la ciudad musulmana por los Reyes Católicos. No existe en este mapa intención de mostrar los nuevos descubrimientos que hubo de 1493 en adelante, como ocurre en el planisferio de Juan de la Cosa de 1500, y en los mapas siguientes, lo cual sugiere que este mapa se realizó a comienzos del año 1492.