Bordeada por un sencillo marco plano de oro, esta pintura representa la consagración regia de Ana de Bretaña. La reina se presenta de rodillas sobre un rico cojín junto a un reclinatorio cubierto de tela de damasco, encima del cual hay un libro con una miniatura de la Virgen y Cristo. Mira hacia el frente, concretamente hacia el folio opuesto y que muestra a Cristo muerto sobre el regazo de Santa María. Viste una saya realizada enteramente de brocado de pelo rico dorado; sobre la cabeza, luce una rica mantellina. En su mano aparece un anillo, símbolo de su unión al reino de Francia.
A su derecha, haciendo un gesto de presentación, se encuentra santa Ana, patrona de la reina y del ducado de Bretaña, representada como una mujer de edad, embarazada y con tocas y manto. Seguidamente, portando una flecha y el estandarte de Bretaña, se halla santa Úrsula, patrona de la ciencia cristiana, con corona regia que indica su condición de princesa. Finalmente, con corona, toca de papos dorada y sayuelo de armiño está Santa Margarita, la que conduce a los fieles hacia Dios bajo el estandarte de la cruz.