Babilonia en fuego
La ciudad, símbolo de la opulencia, está rodeada por dos grandes serpientes en disposición contrapuesta, cuyos cuerpos de numerosas vueltas, muy decorativos, son de diversos colores (rojo, malva, verde y amarillo); sus grandes fauces presentan dientes agudos y poderosos, sobre todo los incisivos y caninos, resaltándose, en la serpiente de abajo, los de su mandíbula inferior, para incrementar su ferocidad y agresividad, como se ha visto en algunas imágenes de demonios o en la de la bestia heptocéfala. Estos reptiles hacen referencia al castigo que el Señor sometió a Babilonia a causa de la depredación del Templo de Jerusalén por Nabucodonosor (4 Reyes, 25).
Carlos Miranda
Doctor en Historia
Fragmento del libro Beato de San Andrés de Arroyo