Beato de Liébana, códice del Monasterio de Santo Domingo de Silos, Burgos

Cruz de Oviedo
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Cruz de Oviedo

La presencia de la cruz encabezando los manuscritos altomedievales es muy frecuente. No en vano es el signo del cristianismo, constituido como tal por la pasión de Cristo. La forma de la cruz afecta doble tipo, latina, de brazos desiguales, y la cruz patada, griega, de brazos similares. Es el tipo preferido en los manuscritos hispánicos, cuyo modelo proviene de la cruz de los Ángeles de Oviedo, realizada el año 808, bajo el reinado de Alfonso II.
La presencia de la cruz de Oviedo obedece a un contexto espiritual de triunfo contra los enemigos de la religión. Inscrita bajo arco de herradura, se ha puesto especial énfasis en la labor de lacería, que ha servido sin duda, para la ejecución de la cruz que inicia el beato, por lo demás más ostentosa. De los brazos horizontales penden las letras alfa y omega. A diferencia del conjunto de cruz y enmarque, el cordero, nimbado, resulta totalmente irrelevante y salvo el nimbo, pintado en amarillo y rojo, sólo está perfilado en este color y negro, sin alarde alguno de plasticidad. Los tonos rojos contrastan con amarillos y castaños, prestando a la obra especial sentido colorista.
 
 
Ángela Franco Mata
Jefa del Departamento de Antigüedades Medievales
Museo Arqueológico Nacional
Fragmento del libro Beato de Silos

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