Los cuatro jinetes del Apocalipsis
Y miré, y cuando el Cordero hubo abierto uno de los siete sellos, oí a uno de los cuatro animales que me decía con una voz como de trueno: “Ven y mira”. Y vi un caballo blanco y el jinete llevaba un arco, y le fue entregada una corona, y salió vencedor y preparado para vencer. Y al abrir el segundo sello, oí al segundo animal que decía: “Ven y mira”. Y salió otro caballo bermejo, y al que iba montado sobre él le fue dada potestad para quitar la paz de la tierra y que los hombres se mataran los unos a los otros, y le fue entregada una espada grande. Y cuando hubo abierto el tercer sello, oí al tercer animal que me decía: “Ven y mira”. Y vi un caballo negro y su jinete tenía en la mano una balanza. Y oí una voz que venía de en medio de los cuatro animales diciendo: “Dos libras de trigo por un denario y seis libras de cebada por un denario, pero el vino y el aceite no tocarlo”. Y en cuanto hubo abierto el cuarto sello oí al cuarto animal que me decía: “Ven y mira”. Y vi un caballo bayo y su jinete tenía por nombre Muerte y en pos de él iba el Infierno. Y le fue dado el poder sobre la cuarta parte de la tierra de matar con la espada, con el hambre y con la muerte, incluso a los animales de la tierra. (Ap. 6, 1-8)
Como narra la secuencia bíblica, los cuatro jinetes del Apocalipsis eran sinónimo de destrucción. Para Beato, el jinete coronado que monta el caballo blanco figura la voz triunfadora de Dios; el caballo simboliza la Iglesia y el jinete es Cristo.
Ángela Franco Mata
Jefa del Departamento de Antigüedades Medievales
Museo Arqueológico Nacional
Fragmento del libro Beato de Silos