La pintura del folio 25v muestra diversos aspectos de las tareas campesinas realizadas en el mes de agosto: en primer plano, unos campesinos sentados sobre la hierba, realizando un alto en el trabajo para comer –en el suelo, las hoces y la zapa o bastón con que levantar, separa y mantener juntas las espigas–: el hombre tiende una escudilla para pedirle algo a la mujer que les lleva el almuerzo; detrás de ellos, un campesino segando la mies; en su cinturón lleva una bandolera en la que se guarda el cordón para liar gavillas y la piedra para afilar la hoja; en el borde del campo, de cereal, se representa, de forma muy esquemática, acianos y amapolas. El sembrado está cercado por una empalizada hecha con cañas de mimbre trenzados alrededor de estacas clavadas en el suelo; a la izquierda, separado por un canal o un río, con un pequeño puente, en donde se deslizan cisnes, un camino por donde pasa una carreta, tirada por caballos, con un cargamento de haces de paja; en el fondo de la composición, otro campesino segando y una importante finca con aspecto de fortaleza y con una iglesia que contrasta con las construcciones rurales que tiene delante.
Durante la Edad Media, hubo dos procedimientos para representar las penalidades de la siega: uno activo, mostrado en el Libro del Golf en segundo y tercer plano, consistente en mostrar el duro trabajo agrícola bajo los rigores del sol a través del campesino encorvado y con la hoz en una mano dispuesto a cortar la mies, siendo el motivo iconográfico más extendido; el otro, de aspecto pasivo, viene dado por la mujer que va a alimentar a los braceros.
La escena situada en la parte inferior muestra a unos muchachos, representados utilizando la técnica de grisalla, sentados con bastones en el suelo y algunos, de pie, ante un ave apresada por el pico en los dos dientes de una horca.
Carlos Miranda García-Tejedor
Doctor en Historia