Vive en campos de cultivo en toda Eurasia y norte de África. Esta planta anual aparece, sobre todo, en los campos de cereales, tiñéndolos de rojo. Probablemente llegó a Europa desde Asia, en tiempos muy antiguos, acompañando a las semillas de trigo. La infusión o extracto fluido de sus pétalos rojos, debido al contenido en antocianinas, calma y hace dormir a los niños, además de calmar los desarreglos gastrointestinales. Sus frutos contienen mucílagos, antocianinas y alcaloides, sobre todo readina, eficaces para cualquier afección del tracto respiratorio, como tos, faringitis y bronquitis. Sus semillas son minúsculas pero muy abundantes; contienen ácidos grasos, sobre todo linoleico, pero también oleico, palmítico y esteárico. En la actualidad se usan con frecuencia en panadería. La infusión de sus pétalos se toma como té rojo. También se ha usado como colorante de quesos. Sus hojas tiernas se comen en ensalada y se añaden a guisos o pasta. Dioscórides trata de esta planta tan común y destaca sus propiedades antiinflamatorias y somníferas.
Ramón Morales
Real Jardín Botánico de Madrid
(Fragmento del libro de estudio del Dioscórides de Cibo y Mattioli)