«Existe otra especie de hierba mora, llamada en propiedad alquequenje. Tiene hojas similares a las de la primera, aunque más anchas; sus pequeños tallos, cuando crecen, se inclinan hacia el suelo. El fruto crece en unos folículos redondos similares a vejigas rojizas; es redondo, lustroso, similar a los granos de uva que se usan para hacer guirnaldas. Posee las mismas propiedades que la hierba mora y se emplea de la misma manera, aunque no es comestible. Su fruto tiene efectos diuréticos y cura la ictericia. El jugo de ambas hierbas se exprime, se seca a la sombra y se conserva para su uso» (f. 7v).
Se encuentra en lindes y campos abandonados, en olivares y viñedos, dispersa por España, Italia, Francia y el centro de Europa. Sus frutillos redondos o bayas están encerrados en una vejiga colorada formada por las cinco piezas del cáliz; contienen ácido cítrico, vitaminas A y C, trazas de un alcaloide, mientras que su cubierta contiene un amargo llamado fisalina. El cocimiento de sus frutos, mejor inmaduros, o su extracto, se utilizaban como diurético y para combatir la gota.
Ramón Morales
Real Jardín Botánico de Madrid
(Fragmento del libro de estudio del Dioscórides de Cibo y Mattioli)