Splendor Solis

f. 32v, Labor de Mujeres


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Ante un paisaje en el que se encuentran una casa de vigas entramadas, a la izquierda, y dos edificios palaciegos, a la derecha, se nos ofrece una escena cotidiana de mujeres lavando la ropa a orillas de un estrecho riachuelo. Varias mujeres se afanan en los diferentes pasos del lavado. Abajo, a la izquierda, se hierve la ropa en un enorme caldero. A la derecha, en primer plano, unas mujeres están trabajando al pie de unas mesas: una está lavando una pieza blanca de ropa en una tina de madera, las otras dos golpeando la ropa con movimientos sincronizados sobre una mesa alta. Tras ellas, en segundo plano, una mujer se ha metido en el río para aclarar una prenda en el agua. En el centro, en ambas orillas, varias mujeres tensan unas largas telas blancas para extenderlas en el prado. A la izquierda, una mujer las tiende sobre unas varas y, más allá, otra lleva la ropa, ya lista, en una tina sobre la cabeza, a la casa de vigas entramadas, cuyo portón está abierto.

Los topoi «labor de mujeres» y «juego de niños» son fundamentales para la alquimia y eran conocidos ya por los herméticos alejandrinos. Igual que la alegoría del juego de niños, la de la tarea de mujeres aparece en numerosos tratados alquímicos y se interpreta de distintas maneras. Esta imagen, que ilustra el pasaje correspondiente del Splendor Solis, simboliza las operaciones alquímicas de sublimación y destilación. Mediante la sublimación se logra el estado de blancura perfecta, el penúltimo estadio de la obra, por lo que este arte se compara con la labor de mujeres, como indica el texto (f. 32): «Por lo cual comparan este arte con el trabajo de las mujeres, esto es lavarlo hasta dejarlo blanco, cocerlo y asarlo hasta que esté listo». Salmon ve la tarea de las mujeres como metáfora para la creación de la piedra filosofal, que debería ser cuidada por el alquimista de la misma manera que una madre cuida y alimenta a su hijo recién nacido. En la representación pictórica de la labor de mujeres, de la que el Splendor Solis es el ejemplo más antiguo conocido, se transpone principalmente el aspecto del albedo, la fase blanca, que se logra mediante la cocción o la destilación de la materia.     

Jörg Völlnagel
(Historiador del Arte e investigador asociado de los Staatliche Museen zu Berlin)


f. 32v, Labor de Mujeres

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f. 32v, Labor de Mujeres

Ante un paisaje en el que se encuentran una casa de vigas entramadas, a la izquierda, y dos edificios palaciegos, a la derecha, se nos ofrece una escena cotidiana de mujeres lavando la ropa a orillas de un estrecho riachuelo. Varias mujeres se afanan en los diferentes pasos del lavado. Abajo, a la izquierda, se hierve la ropa en un enorme caldero. A la derecha, en primer plano, unas mujeres están trabajando al pie de unas mesas: una está lavando una pieza blanca de ropa en una tina de madera, las otras dos golpeando la ropa con movimientos sincronizados sobre una mesa alta. Tras ellas, en segundo plano, una mujer se ha metido en el río para aclarar una prenda en el agua. En el centro, en ambas orillas, varias mujeres tensan unas largas telas blancas para extenderlas en el prado. A la izquierda, una mujer las tiende sobre unas varas y, más allá, otra lleva la ropa, ya lista, en una tina sobre la cabeza, a la casa de vigas entramadas, cuyo portón está abierto.

Los topoi «labor de mujeres» y «juego de niños» son fundamentales para la alquimia y eran conocidos ya por los herméticos alejandrinos. Igual que la alegoría del juego de niños, la de la tarea de mujeres aparece en numerosos tratados alquímicos y se interpreta de distintas maneras. Esta imagen, que ilustra el pasaje correspondiente del Splendor Solis, simboliza las operaciones alquímicas de sublimación y destilación. Mediante la sublimación se logra el estado de blancura perfecta, el penúltimo estadio de la obra, por lo que este arte se compara con la labor de mujeres, como indica el texto (f. 32): «Por lo cual comparan este arte con el trabajo de las mujeres, esto es lavarlo hasta dejarlo blanco, cocerlo y asarlo hasta que esté listo». Salmon ve la tarea de las mujeres como metáfora para la creación de la piedra filosofal, que debería ser cuidada por el alquimista de la misma manera que una madre cuida y alimenta a su hijo recién nacido. En la representación pictórica de la labor de mujeres, de la que el Splendor Solis es el ejemplo más antiguo conocido, se transpone principalmente el aspecto del albedo, la fase blanca, que se logra mediante la cocción o la destilación de la materia.     

Jörg Völlnagel
(Historiador del Arte e investigador asociado de los Staatliche Museen zu Berlin)


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