Planisferio
Ocupando el centro de la hoja, el tan decorativo como basto mapamundi circular del Atlas Miller, de 330 mm de diámetro, está dibujado y coloreado (verdes las tierras y azul el mar) dentro de un marco rectangular en cuyas cuatro esquinas, como si fueran las cuatro esquinas del mundo, aparecen las interesantísimas cuatro cabezas que soplan los vientos. Igualmente, el sol y la luna, cada uno a un lado, están dentro de ese marco.
En lo que sería la primera página del códice original, dentro de un marco rectangular, está escrita la leyenda con la fecha y la firma: «Hec est vniuversi orbis ad hanc usque diem cogniti tabula Quam ego Lupus homo Cosmographus in clarissima Ulisipone civitate Anno domini nostri Millessimo quingentessimo decimo nono Jussu Emanuelis incliti lusitanie Regis collatis pluribus alijs tam vetustorum quam recentiorum tabulis magna industria et dilligenti labore depinxi». (Este es el mapa de todo el orbe del universo hasta hoy conocido, que yo, Lopo Homem, cosmógrafo, habiendo comparado muchos otros mapas, tanto antiguos como más modernos, dibujé con gran industria y diligente trabajo, en la ilustre ciudad de Lisboa, en el año de Nuestro Señor de mil quinientos diecinueve, por orden de Manuel, ínclito rey de Portugal).
La primera impresión que se obtiene al mirar el mapamundi es la de su desmañada deformación global, desplazando muy al norte todos los continentes del Viejo Mundo –Europa, Asia y África– y con el enorme Sur ocupado por un gran mar en el que Atlántico e Índico se encuentran e interpenetran, y que está envuelto por una inmensa y fantástica Tierra Austral que va de Occidente a Oriente uniendo las tierras del Nuevo Mundo, recientemente descubiertas por castellanos y portugueses (1492-1500), con las tierras de Asia y de Insulindia, con las que los portugueses se habían puesto en contacto y donde se estaban estableciendo (1497-1519). Esta inmensa Tierra Austral, para quien conozca algo la historia de la geografía antigua, evoca la posible presencia en este mapamundi de la concepción de Macrobio (siglos IV y V) y Pomponio Mela (siglo I) y sus “antípodas”. Pero no hay duda de que, incluso así, este es un elemento que, aunque teórico y basado en autores de la Antigüedad, cuando aparece en un mapa de esta época sólo puede ser clasificado como muy extraño e infrecuente.
La segunda impresión que tenemos al mirar el mapamundi es que, dentro de las concepciones geográficas globales, resulta curiosa la representación de los mares del mundo rodeados por los continentes, formando así una enorme laguna de varios brazos enteramente rodeada por la tierra. Vemos la tierra rodeando el mar en vez del mar rodeando la tierra. ¿Qué concepción es ésa y por qué habrá sido utilizada o reutilizada en esa época?
Alfredo Pinheiro Marques
Centro do Estudos do Mar Luís de Albuquerque
(Fragmento del libro de estudio Atlas Miller)