La exaltación de la encarnación de Cristo constituye un tema de los Beatos de las familias IIa y IIb. Pero la miniatura y texto, así como el águila y serpiente, que se asocian a aquélla, no tienen nada que ver con el Comentario del Apocalipsis. La Virgen adquiere un protagonismo especial, a través de la Encarnación (18 de diciembre) y de la Epifanía. La ilustración del Beato de Cardeña sigue los cánones establecidos, aunque transformando determinadas convenciones para convertirlas en más inteligibles. La Anunciación de la Biblia I de León y la primera parte de los Beatos de la familia IIa con el Niño ya nacido, se transforma en una doble escena con el ángel Gabriel junto a la Virgen con el Niño en la escena de la adoración de los Magos, correspondiendo la primera parte una Anunciación. Esta escena se representa con claridad en el Beato de Gerona, precedente de nuestro códice. El arcángel conserva el carácter de presentador de los reyes al Niño, salvador de toda la humanidad, no sólo del pueblo judío. La adoración de los magos interesa por su aspecto dogmático y simbólico en conexión con la intencionalidad de las Genealogías, donde Cristo aparece como signo de salvación a través de María. La miniatura del Beato de Cardeña, apaisada en el centro del folio, constituye la ilustración del texto. Es el cumplimiento de las genealogías, que pende en imagen de los dos últimos círculos. La ilustración viene explicada por medio del texto, plagado de imperfecciones gramaticales: Maria de qua Iesus Christus in bethlem iude secundum carnem/ natus est. Et vicesimo et enim etatis sue anno expleto a iohanne/ baptista filio zacharie sacerdotis de uice abia in iordane flumine bap/tizatus est in diem apparicionis sue. Indesequenti anno mirabilia/ queque in euangelio scripta sunt fecit. In anno quinto trigesimo secundo natiuitatis sue dis/cipulis suis diuinis inbuens sacramentis imperat tu uniuersis gentibus predi/cent commisione ad dominum. Tricesimo autem etatis sue et terctio anno secundum protas/que de deo fuerunt perlocute ad passionem uenit. Anno tiberii decimo octauo. Patiens/que nostra sunt auferens obprobrium beneficio suo et gracie sue splendore nos/ illuminati. A la derecha, un círculo de superiores dimensiones tiene inscrito el siguiente texto, donde asimila a Cristo con el León de la tribu de Judá: Tu apperet eso diuina/ tribu exire et sic ad christum secundum/ carnem peruenire. Tu compleatur quod scriptum est/ Ecce uicit leo de tribu iuda radix/ dauid. Leo ex salomone. Ex radix est nata. La Anunciación/Epifanía constituye una de las representaciones más logradas del Maestro A. Encuadrada por un marco de color verde, se compone de seis personajes que resaltan de un fondo rojo oscuro. El ángel Gabriel, en pie, portador del bastón de mensajero, se dirige a María, entronizada, con el Niño sobre su regazo, dispuesto a aceptar el don del primero de los reyes, Melchor, rodilla en tierra, mientras Gaspar y Baltasar conversan en pie. Indudablemente nos hallamos ante una obra que preludia el gótico. El primer grupo está desplazado hacia la izquierda, sirviendo de eje de simetría la estrella anunciadora y el rey Melchor. Éste y Baltasar peinan barba, mientras Gaspar aparece imberbe, como en el arte gótico. Estamos muy lejos del Beato de Gerona, donde se figura la escena de la Epifanía con igual número de personajes, y cuya identificación se ha efectuado por medio de los correspondientes letreros, comenzando por la izquierda: Gabriel, María, Cristo, Melcior, Tagasma, Altasara, aurum, thus y mirra. Los reyes llegan procesionalmente, tocados con gorros frigios, que en el Beato de Cardeña han sustituido por elegantes coronas con pedrería, propias de reyes occidentales, con calzas y túnicas cortas y uno de ellos con el manto afiblado.
Ángela Franco Mata
Jefa del Departamento de Antigüedades Medievales del Museo Arqueológico Nacional
(Fragmento del libro de estudio Beato de Cardeña)