Beato de Liébana, códice del Monasterio de San Salvador de Tábara, Zamora

f. 156v, El ángel del abismo y las langostas infernales


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Abbadón o Apolión, que significa destructor, aunque sin ninguna connotación negativa, es el ángel del abismo y se enfrenta a las langostas, blandiendo una lanza y protegiéndose con un pequeño escudo. Las langostas de esta miniatura son totalmente distintas a las de la anterior, representadas con la apariencia habitual con que se figuraban en Occidente los escorpiones en la época. Ahora es un híbrido antropozoomórfico, con una corona circular dorada, orejas de caballo y cuernos en el cráneo, la mitad superior del rostro de equino, boca de león dentada, con aspecto amenazador, cuerpo de caballo, aunque con patas y garras de felino. Además, sus cuerpos estás cubiertos por crines o mechones y el cuello, con una estilizada malla metálica, referencia a las corazas de hierro. Tienen también cola articulada que se clava en las cabezas de los hombres, que aparecen desnudos –elemento que no se mantiene en los beatos tardíos–, con los ojos abiertos, en posición violenta.

Es posible que el origen de Abbadón se encuentre en una interpretación incorrecta de un bastón de mando, convertido en una lanza incluso en versiones europeas, con que dirigía a las langostas, como su rey, y que se hubiera valido de otro comentario para crear esta imagen.

En no ha representado a los hombres marcados con el signo de Dios que no podían ser atacados por las langostas.

Carlos Miranda García-Tejedor
Doctor en Historia
(Fragmento del libro de estudio Beato de Girona)


f. 156v, El ángel del abismo y las langostas infernales

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f. 156v, El ángel del abismo y las langostas infernales

Abbadón o Apolión, que significa destructor, aunque sin ninguna connotación negativa, es el ángel del abismo y se enfrenta a las langostas, blandiendo una lanza y protegiéndose con un pequeño escudo. Las langostas de esta miniatura son totalmente distintas a las de la anterior, representadas con la apariencia habitual con que se figuraban en Occidente los escorpiones en la época. Ahora es un híbrido antropozoomórfico, con una corona circular dorada, orejas de caballo y cuernos en el cráneo, la mitad superior del rostro de equino, boca de león dentada, con aspecto amenazador, cuerpo de caballo, aunque con patas y garras de felino. Además, sus cuerpos estás cubiertos por crines o mechones y el cuello, con una estilizada malla metálica, referencia a las corazas de hierro. Tienen también cola articulada que se clava en las cabezas de los hombres, que aparecen desnudos –elemento que no se mantiene en los beatos tardíos–, con los ojos abiertos, en posición violenta.

Es posible que el origen de Abbadón se encuentre en una interpretación incorrecta de un bastón de mando, convertido en una lanza incluso en versiones europeas, con que dirigía a las langostas, como su rey, y que se hubiera valido de otro comentario para crear esta imagen.

En no ha representado a los hombres marcados con el signo de Dios que no podían ser atacados por las langostas.

Carlos Miranda García-Tejedor
Doctor en Historia
(Fragmento del libro de estudio Beato de Girona)


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