El Beato de Girona, de una extraordinaria y compleja variedad iconográfica, representa la culminación del desarrollo del scriptorium de San Salvador de Tábara. Lo que convierte a este manuscrito en único, es la enorme cantidad de material ilustrativo que se le añade respecto a otros beatos anteriores. Se abre con una Cruz y una Maiestas, a los que sigue una visión del cielo del que no se conocen precedentes conservados. Siguen seis miniaturas de los evangelistas y no faltan tampoco las genealogías, que se prolongan en un impresionante ciclo de la vida y muerte de Jesucristo, única de este códice y poco común en el arte peninsular de la época.
La acumulación de elementos de diversas procedencias, pero en especial carolingios y musulmanes, también clásicos, las novedades temáticas incorporadas por vez primera y casi sin herencia obligan a reflexionar sobre cómo fue esto posible en 975 en el monasterio de Tábara. ¿De qué biblioteca con manuscritos ilustrados dipusieron los artistas? Y, con todo, hay que añadir que sin la imaginación de los artistas y su capacidad de usar, manipular y transformar el material recibido, cosa que solemos negarles con frecuencia y casi siempre con razón, el resultado no hubiera sido el mismo.
"Pocos años después de que se concluyera el Beato de Valcavado se comenzaba a trabajar en uno de los más importantes manuscritos españoles de todos los tiempos: el Beato de Girona, el más rico de ilustración conservados, aquel del que con mayor razón cabe afirmar que un Beato es mucho más que el comentario al Apocalipsis iluminado, realizado por un abad de Liébana de nombre Beato (...).
Es asimismo uno de los manuscritos más conocidos, con el Beato de Fernando I y, casi con seguridad, el más estudiado. Es además el de mayor tamaño hasta que llegan los últimos grandes ejemplares de los siglos XII y XIII (Beatos de San Pedro de Cardeña, San Andrés de Arroyo y Las Huelgas), pese a haber sido recortado con motivo de alguna encuadernación. Además, se trata de la obra donde se detectan más musulmanismos, pero igualmente se multiplican los signos de origen carolingio. Finalmente, la riqueza extra-apocalíptica figurativa implica el conocimiento de un cierto número de textos poco usuales, como poco usuales son las imágenes que se corresponden con ellos."
Joaquín Yarza
Beato de Liébana. Manuscritos iluminados.