“De pronto caí en éxtasis y vi un trono colocado en el cielo y alguien sentado en el trono [...]. Vi a veinticuatro ancianos sentados, vestidos de vestiduras blancas, con coronas de oro sobre sus cabezas [...] delante del trono arden siete lámparas de fuego, las cuales son los siete Espíritus de Dios. Y delante del trono hay como un mar de vidrio, semejante al cristal.”