“Entonces vi, de pie, en medio del trono y de los cuatro Vivientes y de los Ancianos, un Cordero [...]. Y se acercó y tomó el libro [...]. Cuando lo tomó, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron delante del Cordero. Tenía cada uno una cítara y copas de oro llenas de perfume”