La mujer cabalga la bestia
Y me transportó en espíritu a un desierto. Y vi a una mujer sentada sobre una Bestia escarlata, llena de nombres blasfemos, con siete cabezas y diez cuernos. La mujer estaba vestida de púrpura y de escarlata, de piedras preciosas y de perlas; tenía en la mano una copa de oro llena de abominaciones y de las inmundicias de su lujuria; sobre su frente, un nombre escrito –un misterio-: “Babilonia la grande, la madre de las prostitutas y de las abominaciones de la tierra” (Ap. 17, 3-5)
La amazona del Beato de Silos, ataviada con rico atuendo, mantiene el cuerpo ladeado y mira desafiante de frente. Cubre su cabeza con amplia toca rizada, evocación de los tocados egipcios. Con la mano derecha sujeta las riendas de la bestia, mientras con la derecha eleva el cáliz de las abominaciones.
Aunque en el texto se habla de la bestia escarlata, aquí es de color violado y la piel se sugiere por medio de grupos de líneas de tonos negros, amarillos y rojos. Las patas terminan en grandes garras, y las siete cabezas, de distintos colores, tienen unas un cuerno y otros dos, para formar diez en total. Las siete cabezas son siete montes y siete reyes. Los cuernos también son diez reyes que no poseen aún reino.
Ángela Franco Mata
Jefa del Departamento de Antigüedades Medievales
Museo Arqueológico Nacional
Fragmento del libro Beato de Silos