f. 27r, Lavatorio de manos
En el interior del pretorio, Cristo –sangrante, con la túnica morada, coronado de espinas y con las manos juntas– es conducido por un soldado ante Pilato, que adopta una posición regia: sentado, frontal, prácticamente hierático. El procurador romano, que sostiene un amplio bastón de mando con su brazo derecho, mira directamente al espectador mientras tiende sus manos a un criado que sostiene una jofaina y un aguamanil del que vierte líquido. Lo flanquean soldados armados. El trono, cubierto con una tela de honor azul, es de madera y tiene dos escalones de piedra.