Una miniatura enmarcada de doce renglones a una columna, de san Jorge luchando con el dragón. Fue un santo muy popular en Flandes, y su imagen en combate con el dragón es muy frecuente entre las memoriae de muchos libros de horas. La iconografía usual le muestra a caballo, hincando su lanza en la boca o el cuello del dragón, mientras al fondo aparece arrodillada la princesa a la que rescata del monstruo. La historia de un dragón que tenía atemorizada a la ciudad de Silena en Libia, y al que para aplacarle se le entregaron primero ovejas, después hombres jóvenes y doncellas, y finalmente la princesa a la que rescató Jorge, se cuenta en la Leyenda áurea. En el arte flamenco de esta época la iconografía es convencional, salvo en las imágenes de las Horas Huth y las Horas de Juana de Castilla y Felipe el Hermoso, que muestran al santo ya vencedor, desmontado de su caballo y conduciendo al dragón del ronzal hacia la princesa. Entre los breviarios flamencos de esta época está representado en los de Bourbon, Brimeu y Grimani. Hay una orla parcial de la primera categoría, con roleos de acanto dorado y flores sobre fondo verde.
Una miniatura enmarcada de doce renglones a una columna, de san Jorge luchando con el dragón. Fue un santo muy popular en Flandes, y su imagen en combate con el dragón es muy frecuente entre las memoriae de muchos libros de horas. La iconografía usual le muestra a caballo, hincando su lanza en la boca o el cuello del dragón, mientras al fondo aparece arrodillada la princesa a la que rescata del monstruo. La historia de un dragón que tenía atemorizada a la ciudad de Silena en Libia, y al que para aplacarle se le entregaron primero ovejas, después hombres jóvenes y doncellas, y finalmente la princesa a la que rescató Jorge, se cuenta en la Leyenda áurea. En el arte flamenco de esta época la iconografía es convencional, salvo en las imágenes de las Horas Huth y las Horas de Juana de Castilla y Felipe el Hermoso, que muestran al santo ya vencedor, desmontado de su caballo y conduciendo al dragón del ronzal hacia la princesa. Entre los breviarios flamencos de esta época está representado en los de Bourbon, Brimeu y Grimani. Hay una orla parcial de la primera categoría, con roleos de acanto dorado y flores sobre fondo verde.