El maestro Bourdichon ha pintado la imagen de la Virgen con una finura y una delicadeza exquisitas. María aparece leyendo el salterio en un oratorio de estilo renacentista. La fuente pictórica de su interior se encuentra en la obra de Jean Pucelle, cuando el arcángel Gabriel aparece para anunciarle la Buena Nueva. El Espíritu Santo en forma de Paloma planea en el centro de la composición.
La representación en primer plano y hasta las rodillas, habitual en la mayoría de las imágenes de personas del manuscrito, dota a las figuras una gran fuerza visual que las aproxima al espectador, logrando intensificar su meditación sobre el hecho representado en consonancia con el texto. Las alas verdes del ángel son de una originalidad y una belleza extraordinarias.
El maestro Bourdichon ha pintado la imagen de la Virgen con una finura y una delicadeza exquisitas. María aparece leyendo el salterio en un oratorio de estilo renacentista. La fuente pictórica de su interior se encuentra en la obra de Jean Pucelle, cuando el arcángel Gabriel aparece para anunciarle la Buena Nueva. El Espíritu Santo en forma de Paloma planea en el centro de la composición.
La representación en primer plano y hasta las rodillas, habitual en la mayoría de las imágenes de personas del manuscrito, dota a las figuras una gran fuerza visual que las aproxima al espectador, logrando intensificar su meditación sobre el hecho representado en consonancia con el texto. Las alas verdes del ángel son de una originalidad y una belleza extraordinarias.