En los fragmentos de los Evangelios, es decir, al principio del libro de horas, encontramos esta miniatura que en realidad es un grabado de Israhel van Meckenem retocado por Robinet Testard. En la estampa se representan, dentro de un disco, varios personajes esenciales del Nuevo Testamento y de la Iglesia: en el centro vemos a Juan Bautista sentado en el desierto, cubierto con una piel de camello y un gran manto, meditando ante un libro abierto. A su derecha, el Cordero de Dios está echado. Alrededor del círculo central, dentro de medallones y separados por una vegetación llena de pájaros, están representados en cruz latina los cuatro símbolos de los evangelistas: el águila de Juan, arriba; el león alado de Marcos, a la izquierda; el ángel de Mateo, abajo; y el toro de Lucas, a la derecha. Intercalados, otros medallones contienen los cuatro doctores de la Iglesia: Jerónimo y el león, arriba a la izquierda; Gregorio, arriba a la derecha, reconocible por la tiara papal; Agustín escribiendo, abajo a la derecha; y Ambrosio, abajo a la izquierda.
Testard respetó la disposición de la estampa en círculo, pero sustituyó a Juan Bautista por un Cristo en majestad, bendiciendo y rodeado de ángeles. Siguió bastante fielmente la representación de los personajes, modificándoles el rostro y cambiando ligeramente la posición de algunos. Para terminar, completó la página y llenó con vegetación todos los vacíos dejados por la forma redonda de la estampa, añadiendo cuatro profetas, uno de los cuales se identifica gracias a su filacteria: Jeremías, arriba a la izquierda, con un pasaje del libro que habla de él «Ecce dies veniunt» (Jer 23,5-6). Así, Robinet Testard propone, como inicio litúrgico del libro de horas, una imagen sintética de la Iglesia en la que están representados los principales pilares de la fe cristiana, desde el Antiguo Testamento (profetas), hasta los teólogos fundadores (los cuatro doctores), pasando por los evangelistas. La estampa de Israhel van Meckenem, copiada a su vez de otra más antigua del Maestro E.S. realizada en 1466, probablemente fue creada como modelo de una pieza de orfebrería redonda, sin duda una patena. Testard la retomó directamente aquí para crear un diagrama conciso y eficaz, que llevó a cabo con coherencia, ofreciendo una oportuna variante de la representación tradicional de este capítulo, donde suelen aparecer uno o varios evangelistas representados de manera individual.
Séverine Lepape
Conservador
Musée du Louvre