El mes de diciembre –situado bajo el signo zodiacal de Capricornio– se ilustra habitualmente con la cría y/o la matanza del cerdo, pero aquí está dedicado a la cocción del pan. Esta iconografía alcanzó cierta difusión a finales del siglo xv con la impresión del Calendario de los pastores. El pan era uno de los alimentos principales en la Edad Media. Además de acompañar numerosos platos, se utilizaba también como base de otros alimentos; para ello, se cortaba en gruesas rebanadas que hacían las veces de plato. Por razones tanto de seguridad como de fiscalidad, estaba prohibido hornear el pan en las casas particulares. Se podía comprar en las panaderías o bien llevarlo a cocer a unos hornos comunales que pertenecían al señor del lugar, quien los ponía a disposición de la comunidad a cambio del pago de una tasa denominada derecho de horno o poya.
La escena pintada por Robinet Testard parece tener lugar en una panadería y no en un horno comunal. El hombre se cubre la parte superior del cuerpo con una prenda más holgada, distinta de la que llevan los campesinos de las escenas precedentes. Las hogazas de pan, listas para meter en el horno, reposan sobre una gran mesa rectangular. Su característica forma redonda permitía una mejor conservación. La mujer del panadero ayuda a su marido en la tarea y deposita una hogaza sobre la larga pala que él le tiende, bajo la atenta mirada de una dama apoyada en la ventana, a la derecha de la escena. En la parte izquierda de la miniatura, en simetría con la ventana, se encuentra el horno, en cuyo interior arden las rojas llamas.
Maxence Hermant
Conservador
Bibliothèque nationale de France