En primer término, la Virgen sostiene el cuerpo de Cristo, con la ayuda de José de Arimatea. Junto a ella, María Magdalena se retuerce las manos en un gesto de dolor. Detrás de ellos, san Juan y las santas mujeres se lamentan. A la derecha, Nicodemo prepara el sarcófago que recibirá los restos de Jesús. En un segundo plano, José, Nicodemo y la Virgen recogen el cuerpo de Cristo descendido de la cruz.
La influencia de Roger van der Weyden y de sus epígonos queda demostrada aquí en el modo de representar el conjunto de los personajes que se lamentan. Asimismo, san Juan secándose las lágrimas parece inspirarse directamente en la tabla de la Crucifixión de Jan van Eyck, conservada actualmente en Berlín. En vista de la antigüedad de los modelos, no es descabellado pensar que Meckenem pudo haber conocido estos dos lienzos a través de un grabado de su supuesto maestro, el Maestro E.S., muerto a finales de la década de 1460. Meckenem, aunque mostró a los personajes muy afligidos, no los representó llorando, mientras que Testard pintó lágrimas en las mejillas de la Virgen, de María Magdalena, de san Juan y de varias santas mujeres, lo que demuestra que también conocía las obras de Roger van der Weyden, uno de los primeros artistas en representar con extremado virtuosismo las lágrimas transparentes de los allegados de Jesucristo en varias de sus obras.
Séverine Lepape
Conservador
Musée du Louvre