Es una fría tarde de invierno. Cae una espesa nevada. El principal «trabajo» en enero, cuando poco se puede hacer en el campo, es estar bajo techo y bien alimentado. Cae la nieve sobre la espalda del criado, que carga unos troncos de la pila de leña del patio. Se dirije hacia la sala de la vivienda, donde el señor de la casa está sentado a la mesa, de espaldas a la chimenea. Su mujer (¿o una criada?), más próxima al fuego, se calienta las manos.
Medio siglo después de su muerte, Poyer seguía siendo famoso por su tratamiento de la perspectiva. Esta imagen del mes de enero, la primera miniatura del Libro de horas de Enrique VIII, revela su talento. Los tres espacios representados –patio, vestíbulo y sala– están claramente definidos, tanto individualmente como entre sí. El portón que da al patio y la tapia del fondo, por ejemplo, son paralelos al plano pictórico y a la pared del fondo del salón. La pared exterior abierta del vestíbulo es claramente paralela a la pared interior que lo separa de la sala. En ésta, los paneles recubiertos con tela de lino, que sirven de protección para evitar que entre el frío en la sala, están representados con una correcta perspectiva. Como suele ocurrir en los interiores de Poyer, las baldosas del suelo ajedrezado contribuyen igualmente a definir el espacio. De un modo inusual e interesante, el artista desplaza el centro de su delineación perspectiva a la derecha de la composición: la linea vertical que va directa hacia el fondo, perpendicular al marco de la imagen, es la que conduce al pie derecho de la mujer sentada. Mientras que el hombre sentado a la mesa constituye el centro de las composiciones del mes de enero de la mayoría de artistas, en el Libro de horas de Enrique VIII Poyer casi lo expulsa del cuadro. El espacio, que se abre en abanico sobre la sala, el vestíbulo y el patio, es el verdadero protagonista de la pintura.
A lo largo de todo el calendario, y en realidad de todo el manuscrito, Poyer manifiesta un gran interés por la representación minuciosa de la vestimenta. Ese interés afecta a la representación de la indumentaria que visten no solo los personajes contemporáneos del primer comitente de la obra, como por ejemplo los protagonistas del calendario, sino también las figuras históricas del ciclo de la Infancia de Cristo y los santos de los sufragios. Como la mayoría de los artistas franceses y flamencos de la Edad Media tardía y el Renacimiento, Poyer se sirve del vestuario para dar pistas visuales al espectador sobre la posición social de los personajes, su antigüedad o su condición foránea. En la miniatura del mes de enero, el señor de la casa viste una ropa larga de mangas rectas y un sombrero de piel con beca liada a modo de bufanda sobre los hombros; ambas son prendas de vestir muy conservadoras para esa época. No menos anticuadas para entonces son las tocas negras y planas por arriba con que se cubre la mujer.
En la orla que rodea por tres lados el espacio destinado al texto, se ilustran algunas de las festividades mayores (y menores) del mes de enero. A la izquierda, de arriba abajo, figuran la Circuncisión (fiesta el 1 de enero, en azul), el apóstol Juan con barba, como aparece en la miniatura de su sufragio, en el f. 174 (la octava de Juan es el 3 de enero), y la Adoración de los Magos (Epifanía, 6 de enero, en rojo, con su octava el 13 de enero). A la derecha están los santos Antonio Abad (17 de enero); Sebastián, desnudo, como en la miniatura que ilustra su sufragio, en el f. 179 (20 de enero, en rojo); Inés (21 de enero), Emerenciana (hermana de leche de Inés, 23 de enero) y un santo genérico. Este santo sin atributos y otros santos genéricos que aparecen en las orlas del calendario no representan a ningún santo determinado, sino en general a las vírgenes y a los mártires indicados en el mes.
El signo zodiacal es Acuario, el aguador
Roger S. Wieck.
Conservador, Manuscritos de la Edad Media y el Renacimiento
The Morgan Library & Museum
Es una fría tarde de invierno. Cae una espesa nevada. El principal «trabajo» en enero, cuando poco se puede hacer en el campo, es estar bajo techo y bien alimentado. Cae la nieve sobre la espalda del criado, que carga unos troncos de la pila de leña del patio. Se dirije hacia la sala de la vivienda, donde el señor de la casa está sentado a la mesa, de espaldas a la chimenea. Su mujer (¿o una criada?), más próxima al fuego, se calienta las manos.
Medio siglo después de su muerte, Poyer seguía siendo famoso por su tratamiento de la perspectiva. Esta imagen del mes de enero, la primera miniatura del Libro de horas de Enrique VIII, revela su talento. Los tres espacios representados –patio, vestíbulo y sala– están claramente definidos, tanto individualmente como entre sí. El portón que da al patio y la tapia del fondo, por ejemplo, son paralelos al plano pictórico y a la pared del fondo del salón. La pared exterior abierta del vestíbulo es claramente paralela a la pared interior que lo separa de la sala. En ésta, los paneles recubiertos con tela de lino, que sirven de protección para evitar que entre el frío en la sala, están representados con una correcta perspectiva. Como suele ocurrir en los interiores de Poyer, las baldosas del suelo ajedrezado contribuyen igualmente a definir el espacio. De un modo inusual e interesante, el artista desplaza el centro de su delineación perspectiva a la derecha de la composición: la linea vertical que va directa hacia el fondo, perpendicular al marco de la imagen, es la que conduce al pie derecho de la mujer sentada. Mientras que el hombre sentado a la mesa constituye el centro de las composiciones del mes de enero de la mayoría de artistas, en el Libro de horas de Enrique VIII Poyer casi lo expulsa del cuadro. El espacio, que se abre en abanico sobre la sala, el vestíbulo y el patio, es el verdadero protagonista de la pintura.
A lo largo de todo el calendario, y en realidad de todo el manuscrito, Poyer manifiesta un gran interés por la representación minuciosa de la vestimenta. Ese interés afecta a la representación de la indumentaria que visten no solo los personajes contemporáneos del primer comitente de la obra, como por ejemplo los protagonistas del calendario, sino también las figuras históricas del ciclo de la Infancia de Cristo y los santos de los sufragios. Como la mayoría de los artistas franceses y flamencos de la Edad Media tardía y el Renacimiento, Poyer se sirve del vestuario para dar pistas visuales al espectador sobre la posición social de los personajes, su antigüedad o su condición foránea. En la miniatura del mes de enero, el señor de la casa viste una ropa larga de mangas rectas y un sombrero de piel con beca liada a modo de bufanda sobre los hombros; ambas son prendas de vestir muy conservadoras para esa época. No menos anticuadas para entonces son las tocas negras y planas por arriba con que se cubre la mujer.
En la orla que rodea por tres lados el espacio destinado al texto, se ilustran algunas de las festividades mayores (y menores) del mes de enero. A la izquierda, de arriba abajo, figuran la Circuncisión (fiesta el 1 de enero, en azul), el apóstol Juan con barba, como aparece en la miniatura de su sufragio, en el f. 174 (la octava de Juan es el 3 de enero), y la Adoración de los Magos (Epifanía, 6 de enero, en rojo, con su octava el 13 de enero). A la derecha están los santos Antonio Abad (17 de enero); Sebastián, desnudo, como en la miniatura que ilustra su sufragio, en el f. 179 (20 de enero, en rojo); Inés (21 de enero), Emerenciana (hermana de leche de Inés, 23 de enero) y un santo genérico. Este santo sin atributos y otros santos genéricos que aparecen en las orlas del calendario no representan a ningún santo determinado, sino en general a las vírgenes y a los mártires indicados en el mes.
El signo zodiacal es Acuario, el aguador
Roger S. Wieck.
Conservador, Manuscritos de la Edad Media y el Renacimiento
The Morgan Library & Museum