El Libro de horas de Enrique VIII, obra maestra del artista Jean Poyer, recibe su nombre del rey Enrique VIII de Inglaterra, segundo monarca de la casa Tudor. Existe documentación que demuestra que permaneció durante muchos años en manos de monarcas ingleses. Por ejemplo, nos consta que entre los siglos XVIII y XIX todavía pertenecía a la biblioteca de Jorge III (1738-1820). Se trata de una obra fastuosa de incomparable fuerza dramática, como corresponde al monarca más fascinante y apasionado de la historia de Inglaterra.
A pesar de que Jean Poyer tuvo una trayectoria artística corta, de 1483 a 1503, dejó su impronta en la historia de la pintura, donde se le tiene por un maestro colorista y un genio de la composición y la perspectiva. En el Libro de horas de Enrique VIII, la belleza del calendario franciscano da fe de su reputación y, junto a otros apartados como el Oficio de los Muertos o las Horas de la Virgen, hace de este manuscrito un tesoro sin parangón.
La encuadernación del códice es de elegante terciopelo rojo. En sus herrajes está grabado el histórico escudo de Enrique VIII (con tres flores de lis en los cuarteles primero y cuarto y tres leones pasantes en los cuarteles segundo y tercero). También figuran en los herrajes su monograma, H.8.R. (Henricus Octavus Rex) y su célebre lema, Honi Soit Qui Mal y Pense (Que la vergüenza recaiga sobre quien mal piensa).
En la última guarda de las Horas de Enrique VIII hay una nota firmada por George Wade (1673-1748), uno de sus propietarios, que dice así:
En el año 1723, estando en Mons y oyendo hablar de Este Libro como de la más llamativa Curiosidad en su especie, lo encontré en manos de Mons[ieu]r Charle Benoit Desmanet, un Caballero de dicha Ciudad, (y tras su Muerte lo procuré de sus Albaceas) Él me lo Enseñó con gran cuidado y precaución sin Permitir que yo lo tocara, pasando las páginas con un Par de pequeñas Lengüetas de Plata confeccionadas a tal efecto, Y percibiendo mi sonrisa ante aquella Exquisitez, me dijo con cierta Calidez, Señor De esta forma mis Antepasados por más de cien Años han mantenido este Libro inmaculado y lo han conservado en el estado de Perfección en el que Usted lo ve ahora; me dijo También que en su familia siempre se había afirmado que había sido un regalo del Emperador Carlos Quinto a Enrique Octavo Rey de Inglaterra.
George Wade