Gerard Horenbout ha retratado al evangelista en un interior burgués, donde se aprecia un armario y un banco con cojines. San Mateo escribe sobre un pupitre un folio de su Evangelio, mientras su símbolo habitual, el joven andrógino de aspecto angelical vestido de blanco, pone su mano en la diestra del evangelista para inspirarle lo que debe escribir. La composición es casi idéntica a la del Libro de horas de Jaime IV de Escocia y a la del Breviario de Mayer van den Bergh (f. 549r.) y muy similar a la de las Horas de los Espínola (f. 87v.), y al san Marcos de las Horas de los Rothschild (f. 83r.).
La iconografía es de origen clásico por lo que se refiere a la representación de la figura andrógina y el evangelista. Podemos encontrar su procedencia en las representaciones de la Antigüedad clásica del poeta o el filósofo inspirado por una musa. En este caso, el miniaturista ha cristianizado la figura de la musa.
La imagen de san Mateo está enmarcada por una orla de flores esparcidas de diferentes especies, formas y colores. El miniaturista ha incluido también una mariposa en la parte izquierda de la orla.