La ilustración muestra a un rey coronado, con su espada en alto, vestido con armadura de oro y telas azules –posiblemente, un ministro de Senaquerib o el mismo Ehúd, ya que carece de corona–, que entrega una bolsa con dinero a un militar. Detrás, numerosos soldados, de los que solo destacan tres, y lanzas.
Los temas de los tributos a Eglón o a Senaquerib apenas cuentan con representaciones artísticas. Para los exegetas, la donación del tributo a este último es figura de los santos que cumplen los mandatos y preceptos de Dios.