«La azucena roja tiene las hojas y el tallo parecidos a los de la azucena y verdes como los del puerro; produce tres o cuatro flores, cada cual con su propio pedicelo, que se dividen como las de la azucena y, cuando empiezan a abrirse, presentan una coloración muy pálida. La raíz es grande y bulbosa, y si se maja y se bebe o bien se mezcla con lana para hacer supositorios, favorece la expulsión del líquido acumulado en el útero y de la sangre menstrual. Las hojas majadas mitigan la hinchazón de las mamas tras el parto e incluso las inflamaciones oculares. Las hojas, lo mismo que las raíces, se aplican con provecho sobre las quemaduras del fuego» (f. 79v).
Vive en herbazales húmedos de montaña en casi toda Italia, Francia y centro de Europa. No está en España. En las axilas de sus hojas nacen unos bulbillos que les sirven de propágulos vegetativos, que al desprenderse generan nuevas plantitas que son idénticas genéticamente a sus progenitores. Sus flores son grandes y rojizas y es planta utilizada como ornamental en jardinería y floristería. La especie próxima Lilium candidum o azucena blanca es una de las plantas cultivadas más antiguas que se conoce, ya que aparece en algunas figuras del arte minoico. Es también la especie más aromática de todas las del género, que consta de más de 100 y se extienden por toda Asia.
Ramón Morales
Real Jardín Botánico de Madrid
(Fragmento del libro de estudio del Dioscórides de Cibo y Mattioli)
