Encinilla (Teucrium chamaedrys), ff. 158v-159r
«Los griegos la llaman camedrio y los latinos trisago; algunos, por su semejanza, la llaman teucrio. Crece en parajes ásperos y rocosos; es una planta de un palmo de altura, con hojas menudas y amargas, similares a las del roble por su forma y las hendiduras de los bordes; la flor es pequeña, casi purpúrea. Se recoge cuando está cargada de semillas. Cocida con agua y todavía verde, alivia los espasmos, la tos, el endurecimiento del bazo, la retención de orina y la hidropesía en sus estados iniciales; provoca la menstruación e induce el parto. Bebida con vinagre, deshincha el bazo, y, bebida con vino, resulta sumamente eficaz contra las picaduras de las serpientes venenosas; así también cuando se aplica a modo de emplasto. Se maja para elaborar píldoras útiles contra todo lo antedicho. Con miel, desinfecta las úlceras crónicas; aplicada con aceite en los ojos, aclara la vista. Posee propiedades caloríficas»
Gherardo Cibo, Add. 22332, f. 158v
Vive en pedregales calizos y en encinares en casi toda España e Italia, Francia, Gran Bretaña, centro de Europa y región mediterránea. También llamada zamarrilla de los muros o camedrio en italiano. Contiene trazas de aceite esencial, taninos y amargos. Era un remedio contra las fiebres palúdicas utilizado en medicina y también popularmente. Es aperitiva, tónica y estimulante. Se experimentó con ella para curar la gota que sufría el emperador Carlos V en tiempos de Cibo. Mattioli indica en sus comentarios que «esta planta goza en Toscana de gran reputación, porque comida cruda por la mañana era remedio segurísimo para preservar de la peste».
Ramón Morales
Real Jardín Botánico de Madrid
(Fragmento del libro de estudio del Dioscórides de Cibo y Mattioli)
