La pintura del folio 22v. presenta, en consonancia con el contexto amoroso de la representación del mes de abril, el paseo por los canales y el retorno de la fiesta del primero de mayo. El primer plano lo ocupa una barca adornada con ramas florecidas que va a pasar por debajo de un puente, con dos remeros en los extremos, en cuyo interior se encuentran, sentados, un hombre, vestido con ropón francés con cuello de marta cibelina, tocando un aerófono de aspecto ambiguo que pudiera ser una flauta dulce y dos mujeres, una de ellas tañendo un laúd con plectro. Sobre el puente pasan caballos, pudiendo distinguirse dos jinetes, hombre –con sayo y gorra– y mujer –con saya de mangas postizas, con escote cuadrado, gorguera y un tocado de plumas–, en sendas cabalgaduras, con ramas de mayo después de su paseo por el campo, al igual que el sirviente que los sigue a pie. Este grupo atraviesa la puerta de entrada de una ciudad fortificada, en cuyo interior se advierte una iglesia y una gran mansión, entre otros edificios. Finalmente, bajando las escaleras que conducen al río, una mujer lleva en cada mano un recipiente que, quizá, va a llenar con agua.
Según una tradición procedente de las antiguas floralia, el primero de mayo los jóvenes tenían la costumbre de ir al campo o a un bosque vecino para cortar ramas verdes con que, al regreso, se decoraban casas, calles e incluso se utilizaban como ornamento de las personas o de ciertos útiles, como la balsa, empleados para celebrar el rebrote de la primavera. Debe añadirse que, en contraste con las escenas de labores campesinas, se marca la diferencia entre grupos sociales, con el refinamiento de los más elevados –la música, la conversación, esto es, lo que se llamaba otium cum dignitatem–, frente a los más bajos, encargados de satisfacer sus necesidades básicas.
El tema del paseo por los canales es muy frecuente en los calendarios flamencos y las variaciones que pueden encontrarse se limitan a que la barca se deslice por un río que atraviesa un campo, donde puede haber una escena de caza, o que bordea una ciudad, sobre cuyo puente hay jinetes que vuelven de su recorrido por los campos o de la caza.
Finalmente, en la parte inferior de la orla del folio 22v., se representa, utilizando la técnica de camafeo, a unos muchachos realizando ejercicios con el arco: tensándolo, disparando hacia un objetivo situado sobre una pértiga o preparando una ballesta. La actividad que se presenta, de carácter aristocrático en Flandes, es uno de los aspectos que indica que el comitente del Libro del Golf pertenecía a la nobleza aunque, como se verá, es posible que no fuera originario de esta zona. Son multitud las drôleries que, desde el siglo XIV, muestran este ejercicio –que podía contemplarse como una preparación para la caza–. De hecho, en el Libro de Horas de Hennessy (f. 11v.-12r.), Simon Bening representa este ejercicio, si bien de forma distinta y en un contexto diferente al que aparece en el códice de la British Library, es decir, un único ballestero que ocupa la escena principal de los dos folios enfrentados del mes de noviembre.
Carlos Miranda García-Tejedor
Doctor en Historia