“‘¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos; porque ha juzgado a la gran Prostituta que corrompía la tierra con su prostitución’ [...] Entonces los veinticuatro Ancianos y los cuatro Vivientes se postraron y adoraron a Dios, que está sentado en el trono diciendo ‘¡Amén! ¡Aleluya!’ ”