Las tres bestias han convocado a los reyes de la tierra en Armagedón para dar la batalla contra Dios: los vemos a caballo, dos de ellos con yelmos que les cubren el rostro y uno ostentando un escudo de palos de oro y gules. Este emblema heráldico parece ser puramente decorativo, sin relación alguna con el linaje normando al que perteneció el libro. El Falso Profeta, sentado y empuñando su bastón de mando, habla a los reyes, mientras la Bestia del Mar y el Dragón permanecen tras él sobre una altura. Esta escena se representa muy rara vez en los apocalipsis ilustrados ingleses o franceses, y aquí es probable que sea invención del artista, quizá a instancias del clérigo que pudo supervisar su trabajo. El grupo de las tres bestias y el montículo que ocupan parecen ser la imagen especular del mismo grupo en la composición precedente. El nombre de Armagedón solo aparece una sola vez en el Nuevo Testamento, en este pasaje del Apocalipsis, y toma su origen de la ciudad de Megido, citada en el Antiguo Testamento. El fondo es un diapreado en verde sobre el que se perfilan las siluetas de las bestias y los reyes en consejo.
“[...] y van a los Reyes de toda la tierra para juntarlos en batalla, para el gran día del Dios Todopoderoso. He aquí que vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo y vean su fealdad. Y los congregará en un lugar que en hebreo se llama Armagedón”. (Ap 16, 14-16)
