Una imagen distinta de san Juan, con menos pelo y algo envejecido, observa los efectos de la quinta y sexta trompeta. Desde el cielo azul intenso lleno de estrellas doradas, dos ángeles con alas de colores tocan sus trompetas. Siguiendo el texto apocalíptico, surgen de la boca del infierno las langostas aladas, con rostro humano, patas delanteras de caballo, cuerpo de león, coronas de oro y trenzas de mujer, como indica esta particular versión del Apocalipsis. Las lidera el rey del abismo, un diablo peludo, con alas y coronado. Con el sonido de la sexta trompeta, quedan liberados los cuatro ángeles, que aparecen sobre la superficie de las aguas del río Éufrates. Ataviados con armaduras, espadas y lanzas, están preparados para matar a la tercera parte de los hombres. Leopardos, montados por caballeros armados, expulsan fuego por la boca sobre un grupo de adoradores de un ídolo de oro situado en un altar.
Una imagen distinta de san Juan, con menos pelo y algo envejecido, observa los efectos de la quinta y sexta trompeta. Desde el cielo azul intenso lleno de estrellas doradas, dos ángeles con alas de colores tocan sus trompetas. Siguiendo el texto apocalíptico, surgen de la boca del infierno las langostas aladas, con rostro humano, patas delanteras de caballo, cuerpo de león, coronas de oro y trenzas de mujer, como indica esta particular versión del Apocalipsis. Las lidera el rey del abismo, un diablo peludo, con alas y coronado. Con el sonido de la sexta trompeta, quedan liberados los cuatro ángeles, que aparecen sobre la superficie de las aguas del río Éufrates. Ataviados con armaduras, espadas y lanzas, están preparados para matar a la tercera parte de los hombres. Leopardos, montados por caballeros armados, expulsan fuego por la boca sobre un grupo de adoradores de un ídolo de oro situado en un altar.