Una miniatura enmarcada de veinticuatro renglones sobre las dos columnas de texto, con Nabucodonosor presidiendo la quema de los libros durante la quema del Templo en la destrucción de Jerusalén (II R 25, 8-10), con las inscripciones: Destructio Iherusalem; Nabugodonosor Babilonis Caldorum; Crematio Biblie Et Psalmi; Conservatio (?) Levitorum (Destrucción de Jerusalén; Nabucodonosor de Babilonia de los caldeos; Quema de biblias y salmos; Salvamento [de los libros] por los levitas; la lectura de la primera palabra del último rótulo, muy abreviada, es dudosa). Nabucodonosor, revestido de armadura y con la espada desenvainada, preside con sus consejeros la quema de los libros. A la derecha tres levitas parecen tratar de llevárselos para ponerlos a salvo. Arriba a la izquierda arden edificios de Jerusalén y en una casa ya se ha quemado la techumbre. El asunto no tiene nada que ver con el texto del salmo invitatorio, estando concebido en conjunción con la imagen de Esdras y la reconstrucción de Jerusalén en la página opuesta, sobre el Salmo 1. El prólogo al comentario de Nicolás de Lyra explica cómo Esdras restauró los salmos después de que los caldeos quemaran los libros. Hay una orla completa de la primera categoría, con roleos de acanto blanco plateado, dos aves y un gran lirio sobre fondo amarillo dorado.
Una miniatura enmarcada de veinticuatro renglones sobre las dos columnas de texto, con Nabucodonosor presidiendo la quema de los libros durante la quema del Templo en la destrucción de Jerusalén (II R 25, 8-10), con las inscripciones: Destructio Iherusalem; Nabugodonosor Babilonis Caldorum; Crematio Biblie Et Psalmi; Conservatio (?) Levitorum (Destrucción de Jerusalén; Nabucodonosor de Babilonia de los caldeos; Quema de biblias y salmos; Salvamento [de los libros] por los levitas; la lectura de la primera palabra del último rótulo, muy abreviada, es dudosa). Nabucodonosor, revestido de armadura y con la espada desenvainada, preside con sus consejeros la quema de los libros. A la derecha tres levitas parecen tratar de llevárselos para ponerlos a salvo. Arriba a la izquierda arden edificios de Jerusalén y en una casa ya se ha quemado la techumbre. El asunto no tiene nada que ver con el texto del salmo invitatorio, estando concebido en conjunción con la imagen de Esdras y la reconstrucción de Jerusalén en la página opuesta, sobre el Salmo 1. El prólogo al comentario de Nicolás de Lyra explica cómo Esdras restauró los salmos después de que los caldeos quemaran los libros. Hay una orla completa de la primera categoría, con roleos de acanto blanco plateado, dos aves y un gran lirio sobre fondo amarillo dorado.