La miniatura del mes de septiembre muestra a un hombre de pelo cano abordando a una mujer joven. Esta lleva una corona de novia y sujeta un sarmiento de vid en una mano. El anciano, a su vez, sujeta un vaso de vino y sostiene contra su pecho un cesto lleno de manzanas mientras acaricia la mano de la joven. En torno a él, un zumbido de moscas indica quizás que su deseo lo obsesiona a un ritmo tan frenético como la danza de los insectos. La escena se sitúa en el exterior y el único observador es un perro, que mira la pareja a través una ventana abierta.
Robinet Testard usa de nuevo una estampa copiada del maestro del Gabinete de Ámsterdam, cuyo tema es la extraña pareja. La representación de un hombre o una mujer de avanzada edad emparejada con una persona más joven siempre fue un tema popular en la literatura desde la Edad Antigua. No lo era tanto en el arte y la estampa nórdica del siglo XV fue uno de los géneros que le permitió alcanzar una difusión sin precedentes en Occidente. El grabador abordó este tema en ambos sentidos, realizando otra estampa similar, donde una anciana seduce a un joven. En la estampa que sirvió de fuente de inspiración a Testard, [...] la reacción de la joven es más sutil, como si se entregara a él con reticencia, aunque su mano izquierda acaricia la bolsa de oro. Robinet Testard atenúa un poco el aspecto mercantil del asunto, pero en realidad mantiene la idea de una seducción antinatural, incluso la refuerza, representando alrededor del hombre moscas ausentes en la estampa original. Ha situado la escena en otro registro social, lo que le permite adaptarla a la iconografía clásica del mes de septiembre: el vino, el sarmiento de vid y las manzanas evocan los principales productos agrícolas del mes, cosechados por campesinos. Como sucede en el mes de agosto, esta miniatura puede leerse como parte de una celebración, donde tal vez ha corrido demasiado el vino, tras concluir las labores del mes. Sin embargo, la idea de burla hacia esta pareja de campesinos es bien patente, acompañada de una cierta denuncia moral de esta alianza por interés, donde las manzanas han sustituido el oro como moneda de cambio.
Séverine Lepape
Conservadora
Museo del Louvre