«El helecho común tiene las hojas como las del helecho macho, pero, a diferencia de estas, las suyas no brotan de un único peciolo, sino de varios, más altos y sarmentosos. Las raíces son muchas, largas y retorcidas, de color negro tendente al rojo, e incluso algunas rojas por completo. Estas, tomadas como electuario con miel, expelen las lombrices planas del cuerpo, y bebidas en cantidad de tres dracmas con vino, expelen las redondas. Dejan estériles a las mujeres que las ingieren y hacen abortar a las embarazadas si las pisan. Reducidas a polvo y aplicadas sobre las heridas húmedas que cuestan cicatrizar, favorecen su curación. Sirven para remediar las enfermedades que las bestias sufren en el cuello de resultas de uncirlas al yugo. Las hojas de esta planta, recién brotadas, se comen cocidas junto con otras hierbas para ir de vientre» (f. 19v).
Vive en toda Europa y es cosmopolita. Invade grandes extensiones de sotobosque, más frecuentemente sobre sustratos silíceos, tan abundantes en la mitad oeste de España. Sus hojas o frondes son caducas y nacen de su rizoma de color negro. La denominación específica aquilinum proviene de que al cortar el rizoma aparece una figura parecida a un águila doble, como el emblema de la casa de Austria. En las regiones más frías del norte de Europa se ha utilizado su rizoma para la elaboración de cerveza y en otros lugares se molía para hacer pan de helecho.
Ramón Morales
Real Jardín Botánico de Madrid
(Fragmento del libro de estudio del Dioscórides de Cibo y Mattioli)