«La betónica, llamada así ya por los latinos, se conoce también como psicrótrofo porque crece en lugares fríos. Se trata de una hierba que produce un tallo fino, cuadrado, de un codo de altura y a veces incluso más. Sus hojas son como las del roble, alargadas, blandas, con los bordes hendidos y perfumadas; las de mayor tamaño son las más cercanas a la raíz. En la parte superior del tallo nace la semilla, espigada como la de la satureja. Las hojas se recogen y se desecan para múltiples usos; las raíces son finas como las del eléboro, y si se beben con aguamiel, provocan el vómito de la flema. Una dracma de hojas, bebidas con agua sola o aguamiel, cura los espasmos, los desgarros y los trastornos y sofocos uterinos; tres dracmas, bebidas con un sextario de vino, curan las picaduras de los animales venenosos. Contra las picaduras también surte efecto la hierba, aplicada como emplasto. Una dracma bebida con vino es antídoto eficaz para los venenos; quien la ingiere de forma preventiva no sufre daño alguno si después ingiere un veneno mortal. Tiene propiedades diuréticas y laxantes. Bebida con agua, sana a quienes sufren de epilepsia y de locura. Se administra en medida de una dracma con ojimiel a quienes sufren del hígado y a los enfermos del bazo. Si después de cenar se ingiere el equivalente a un haba con miel espumada, facilita la digestión. Se suministra de igual modo en el caso de eructos ácidos y, si se bebe su jugo y seguidamente un poco de vino aguado, alivia los estómagos debilitados. Tres óbolos en un ciato de vino aguado combaten la expectoración de sangre. Bebida con agua, alivia la ciática, el dolor de vejiga y los cólicos renales. Dos dracmas alivian la hidropesía si se beben con aguamiel en presencia de fiebre, o, en ausencia de esta, con vino y miel. Cura la ictericia. Una dracma ingerida con vino provoca la menstruación, cuatro dracmas con diez vasos de agua purgan el intestino. Administrada con miel, alivia a los tísicos y a quienes esputan mucosidades. Las hojas, desecadas y majadas, se conservan en vasos de barro». (f. 92v)
Vive en claros de bosque en toda España, Italia, Francia, Gran Bretaña, Europa, suroeste de Asia y noroeste de África. Contiene aceite esencial, taninos y amargos. Según algunos autores, su uso mágico por los íberos, especialmente los vetones, ha dado el nombre a esta planta. Fue considerada como panacea, al curar cualquier dolencia. Su infusión o cocimiento es digestivo, cicatriza heridas y mejora las úlceras de venas inflamadas.
Ramón Morales
Real Jardín Botánico de Madrid
(Fragmento del libro de estudio del Dioscórides de Cibo y Mattioli)