No se contentaron con tan dura acción,
sino que vinieron los tres sobre mí
(que permanecía cerca de la puerta,
muy triste, doliente, compungido, en llanto),
y me golpearon con fuerza muy grande.
¡Quiera Dios que una día tengan que llorar
por la grave ofensa que haciéndome estaban!
Roman de la Rose, versos 14943-14949
(Ed. y trad. de Juan Victorio)
No se contentaron con tan dura acción,
sino que vinieron los tres sobre mí
(que permanecía cerca de la puerta,
muy triste, doliente, compungido, en llanto),
y me golpearon con fuerza muy grande.
¡Quiera Dios que una día tengan que llorar
por la grave ofensa que haciéndome estaban!
Roman de la Rose, versos 14943-14949
(Ed. y trad. de Juan Victorio)