El cuadro del gato se hizo a las apuradas. Lo mismo ocurre con el del perro perdiguero, también llamado perro de aves, lo que hace pensar que quizás fue realizado por el mismo artista. Todos estos animales son de talla pequeña, de pelo largo, duro o corto. Fébus los llama «spaniels» y no los aprecia en demasía. Estos perros, probablemente de muestra, siempre van por delante, son aptos para la caza a pie de la codorniz, la perdiz y el pato. El conde dice que proceden de España y «su naturaleza viene determinada por su mal origen». Podríamos deducir que este mal origen hace referencia a lo que él pensaba de la familia de su esposa, en particular de Carlos el Malo, rey de Navarra, que a pesar de su origen francés e incluso real había hecho fortuna al otro lado de los Pirineos. Estos perros son pendencieros, alborotadores, ladradores, indisciplinados y hacen cualquier cosa por destacar. Dicho de otro modo, acumulan todos los defectos del mundo y solo sirven, en el mejor de los casos, para la cetrería. A pesar de todo, Fébus poseía varios de estos desobedientes canes perdigueros, puesto que no desdeñaba la caza con azores, halcones y gavilanes. Y esto es lo que se desprende de esta alegre reunión campestre, a pesar de la torpeza de su reproducción.
Yves Christe,
Université de Genève