Libro de la caza, Gaston Fébus

Bibliothèque nationale de France, París




• Signatura: Français 616
• Fecha: París, principios del siglo xv
• Tamaño: ±370 x 275 mm
• 436 páginas, 87 miniaturas
• Encuadernado en marroquín, cabezadas cosidas a mano
• Estudio monográfico ilustrado en color (496 pp.) a cargo de Claude d’Anthenaise (Musée de la Chasse et de la Nature), Yves Christe (Université de Genève), Claudine Pailhès (Archives Départementales de l'Ariège), Inès Villela-Petit (Bibliothèque nationale de France) y Pascal Bergerault (Université de Tours)
«Casi-original», edición primera, única e irrepetible, limitada a 987 ejemplares numerados y autentificados notarialmente
ISBN: 978-84-16509-24-9

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• Signatura: Français 616
• Fecha: París, principios del siglo xv
• Tamaño: ±370 x 275 mm
• 436 páginas, 87 miniaturas
• Encuadernado en marroquín, cabezadas cosidas a mano
• Estudio monográfico ilustrado en color (496 pp.) a cargo de Claude d’Anthenaise (Musée de la Chasse et de la Nature), Yves Christe (Université de Genève), Claudine Pailhès (Archives Départementales de l'Ariège), Inès Villela-Petit (Bibliothèque nationale de France) y Pascal Bergerault (Université de Tours)
«Casi-original», edición primera, única e irrepetible, limitada a 987 ejemplares numerados y autentificados notarialmente
ISBN: 978-84-16509-24-9



Commentary volume

Volumen de estudio

Libro de la caza, Gaston Fébus Bibliothèque nationale de France, París


Contenido:
  • Del editor al lector - Manuel Moleiro
  • Prefacio - Claude d’Anthenaise
  • Gaston Fébus, príncipe de luces y sombras - Claudine Pailhès
  • Ejecución y tradición manuscrita del Libro de la caza - Yves Christe
  • El Français 616: Los artistas - Inès Villela-Petit
  • Iconografía del Libro de la caza, la excelencia del Français 616 - Yves Christe
  • Libro de la caza - Pascal Bergerault
  • Libro de oraciones - Pascal Bergerault 
  • Bibliografía
Autores:
  • Manuel Moleiro
  • Claude d’Anthenaise - Director del Musée de la Chasse et de la Nature
  • Claudine Pailhès - Antigua directora de los Archives Départementales de l’Ariège
  • Yves Christe - Profesor emérito, Université de Genève
  • Inès Villela-Petit - Historiadora del arte, Bibliothèque nationale de France
  • Pascal Bergerault - Université de Tours
 
ISBN: 978-84-16509-23-2
Idioma: español, inglés, francés 

Libro de la caza, Gaston Fébus Bibliothèque nationale de France, París


Descripcion

Descripción

Libro de la caza, Gaston Fébus

Bibliothèque nationale de France, París



El libro

El Libro de la caza fue escrito o, mejor dicho, dictado a un escriba, entre 1387 y 1389 por Gaston Fébus, conde de Foix y vizconde de Bearne, y dedicado al duque de Borgoña, Felipe II el Audaz. Hombre de compleja personalidad y vida tumultuosa, Fébus era un gran cazador y un gran amante de los libros dedicados a la montería y a la cetrería. El volumen que redactó con esmero fue, hasta finales del siglo XVI, la obra de referencia para todo aficionado al arte de la caza.
Entre los 44 ejemplares que se conservan de esta obra, el manuscrito Français 616 es sin duda el más bello y más completo. El texto está escrito en un excelente francés sembrado de caracteres normandos y picardos. Este manuscrito, además del Libro de la caza propiamente dicho, contiene el Libro de oraciones también escrito por Gaston Fébus, así como un segundo tratado llamado Déduits de la chasse (Placeres de la caza) redactado por Gace de la Buigne. Ilustran sus páginas 87 miniaturas de impresionante calidad, que se encuentran entre las producciones más atractivas de la iluminación parisina de principios del siglo XV. Es más, pocos son los libros dedicados al arte de la montería cuya riqueza pictórica sea comparable a la de las Biblias.
 
Las enseñanzas

El Libro de la caza fue, hasta finales del siglo XVI, el “breviario” de los seguidores del arte de la caza o la cinegética. Se trata de un manual de instrucciones para los cazadores, estructurado en siete capítulos enmarcados por un prólogo y un epílogo, que describe en detalle cómo llevar a cabo una cacería. Escrito para los jóvenes aprendices, el texto presenta una enseñanza concisa pero con la vivacidad y el interés propios de a quien le apasiona la temática. Gaston Fébus no se olvida de la importancia de los animales que participan en las monterías, especialmente la de los perros, fieles compañeros de los cazadores. Transmite sus conocimientos acerca de las distintas razas y sus respectivos comportamientos, cómo entrenarlas, cómo darles de comer e incluso cómo tratar sus diversas enfermedades. Resulta patente que la caza, afición por excelencia de cualquier señor de la Edad Media, no es solamente un pasatiempo, sino que conlleva muchas habilidades y cualidades tanto humanas como profesionales.
Pero quedarnos únicamente con su contenido técnico sería obviar la esencia de la obra de Gaston Fébus. En efecto, más allá del ámbito de la caza, este tratado tan personal y original es ante todo una obra propia de su tiempo, un tiempo en que la idea del pecado y del temor a la condenación era omnipresente. Al redactar su obra, Gaston Fébus presenta la caza como un ejercicio de redención que permitiría al cazador el acceso directo al Paraíso. De hecho, la actividad física de quien caza, que requiere de cierta experiencia, es un remedio perfecto para evitar la ociosidad, fuente de todos los males, al tiempo que mantiene la prudencia de cuerpo y mente y evita así toda posibilidad de pecado. Lo que esta obra pone sobre la mesa no es otra cosa que la tragedia de la existencia humana, la búsqueda de la vida eterna después del paso por el mundo terrenal, que es donde nos la ganamos.
 
La ilustración

Las miniaturas del Libro de la caza fueron encargadas a varios artistas, entre ellos un grupo llamado «corriente Bedford», del que destaca el Maestro de los Adelfos, por su sentido de la observación y la estilización decorativa, que hacen de sus trabajos ejemplos muy representativos del estilo gótico internacional. También asociado a este grupo identificamos al Maestro de Egerton, de estilo cercano al de los hermanos Limbourg. Por último, creemos poder distinguir también al Maestro de la Epístola de Otea, cuyas obras son reconocibles por su textura pictórica gruesa, muy diferente de la factura suave propia de la «corriente Bedford», con la cual parece haber colaborado únicamente en este manuscrito.
Dominando a la perfección los códigos de representación de la Edad Media, los miniaturistas ponen su arte al servicio del proyecto pedagógico de Gaston Fébus. Los segundos planos están bellamente decorados con miniaturas que recuerdan a los tapices de la época, pero en pequeño formato. No se busca tanto representar un espacio real como hacer hincapié en la jerarquía de valores. Todo está calculado y se refleja en un discurso coherente. El paso del tiempo está bien evocado por las diferentes edades de los personajes, sus actividades, sus relaciones y su situación en el espacio; se establece así un paralelismo entre la caza y el proceso de aprendizaje de la vida. El carácter mimético y a la vez ordenado de los elementos confiere al conjunto mucha entidad y cierto aire de serenidad, guiando al lector para que éste descubra los secretos de una montería bien desarrollada. Más allá de una lección de caza, lo que se ofrece es una lección de vida.
Se establece pues un juego de correspondencias típico de la época: las partes del cuerpo se relacionan con los planetas, las estrellas y las flores de la tierra con el cielo. El mundo resuena en un constante eco de sí mismo. Por otra parte, la proximidad de los seres y las cosas, asociada a la dinámica de las líneas, refleja una comunicación entre unos y otros. De hecho, según ha explicado el filósofo Michel Foucault, hasta el siglo xvi el conocimiento del mundo visible e invisible, el arte de representarlo y su interpretación, está basado en la similitud y la repetición: la tierra refleja el cielo, el arte es el espejo del mundo. En el caso específico del Libro de la caza, esta correspondencia se establece a través de la comunión que existe entre los cazadores y sus presas, evocando así la dimensión espiritual de la caza, por la redención y la salvación que promete.
 
Historia del códice

A lo largo de su historia, el manuscrito ha cambiado en numerosas ocasiones de propietario: Aymar de Poitiers (finales del siglo XV); Bernardo Cles, obispo de Trento, quien poco antes de 1530 regaló el manuscrito a Fernando I de Habsburgo, infante de España y archiduque de Austria, hermano de Carlos V. En 1661, el marqués de Vigneau regaló el Libro de la caza al rey Luis XIV (r. 1643-1715), quien mandó conservar el manuscrito en la Biblioteca Real. En 1709 se extrajo de la biblioteca y fue a parar a manos príncipe heredero de Francia, el duque de Borgoña, quien a su vez lo archivaría en el Cabinet du Roi. En 1726, el manuscrito reaparece en la biblioteca del castillo de Rambouillet, en posesión del hijo natural de Louis XIV, Luis Alejandro de Borbón. Tras su muerte lo heredó su hijo, el duque de Penthièvre. Más tarde perteneció a la familia Orleans y finalmente al rey Luis Felipe, quien en 1834 lo llevó al Louvre. Tras la revolución de 1848 fue devuelto a la Biblioteca Nacional.
 


Opiniones de clientes


Libro de la caza, Gaston Fébus
Bibliothèque nationale de France, París



“Ich bin allerdings davon überzeugt, daß (...) nicht nur die Technik (...), sondern auch Ihr persönliches Streben nach Perfektion eine Wiedergabe ermöglicht hat, welche die Illusion vermittelt, das Original aus Paris in Händen zu halten. Schuber und Buchdeckel sin aufwändig nachgebildet, die buchbinderische Qualität in bestem Leder erfüllt höchste Ansprüche und die facsimilierten Blätter überzeugen nicht nur optisch sondern auch olfaktorisch. (…) Vielleicht hat Ihnen Señor Arturo den zweiten Band meines Reisebuchs mit dem Kapitel Silos gezeigt, in dem ich auf den Apokalypse-Kommentar des Beatus de Liébana im Allgemeinen und auf Ihre höchst verdienstvollen Publikationen im Besonderen hinweise, die zu den schönsten Büchern meiner Bibliothek gehören und zu denen sich nun mit dem Livre de la Chasse noch ein in jeder Hinsicht außergewöhnliches Kleinod gesellt hat.”

Günter E. – Germany



“It starts with the weight of this historically important work, which together with the commentary volume weighs a respectable 10 kilograms. It takes its toll and due respect when you unpack it. Once unpacked, it reveals the artistically designed and extremely elaborate cover. Once again you can see the hand of the master bookbinder, who masters his craft at the highest level and makes us happy with it. It is almost idle to report on the quality of the book clone, because you really think you have the valuable original in your hands. It is also idle to report on the various masters of illumination, writing and decoration, since they were all only the very best in their field at the time, who only worked for the very highest noble houses. I cannot imagine what the originals may have actually cost. How many families could have lived for how long at that time? However, we can study a precise replica of this magnificent work at home and enjoy the incredibly beautiful details. I am always enraptured by the love and passion with which the artists at that time dedicated themselves to this task and what they made of it. The book of the hunt is by no means inferior to the Très Riches Heures des Duc de Berry. Thanks to the same artists who have immortalized themselves for posterity in both works, it reveals the identical expression and virtuosity that is hidden in the various messages conveyed by the illuminations. M. Moleiro Editor has once again excelled in offering us an almost-original 700 years after the release of the original France 616, which is simply a pleasure to own and peruse. The commentary volume is extremely readable and informative and in itself a magnificent book and a treat for every bibliophile.”

Linus C. – Switzerland



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Bibliothèque nationale de France, París

Descripción


El libro

El Libro de la caza fue escrito o, mejor dicho, dictado a un escriba, entre 1387 y 1389 por Gaston Fébus, conde de Foix y vizconde de Bearne, y dedicado al duque de Borgoña, Felipe II el Audaz. Hombre de compleja personalidad y vida tumultuosa, Fébus era un gran cazador y un gran amante de los libros dedicados a la montería y a la cetrería. El volumen que redactó con esmero fue, hasta finales del siglo XVI, la obra de referencia para todo aficionado al arte de la caza.
Entre los 44 ejemplares que se conservan de esta obra, el manuscrito Français 616 es sin duda el más bello y más completo. El texto está escrito en un excelente francés sembrado de caracteres normandos y picardos. Este manuscrito, además del Libro de la caza propiamente dicho, contiene el Libro de oraciones también escrito por Gaston Fébus, así como un segundo tratado llamado Déduits de la chasse (Placeres de la caza) redactado por Gace de la Buigne. Ilustran sus páginas 87 miniaturas de impresionante calidad, que se encuentran entre las producciones más atractivas de la iluminación parisina de principios del siglo XV. Es más, pocos son los libros dedicados al arte de la montería cuya riqueza pictórica sea comparable a la de las Biblias.
 
Las enseñanzas

El Libro de la caza fue, hasta finales del siglo XVI, el “breviario” de los seguidores del arte de la caza o la cinegética. Se trata de un manual de instrucciones para los cazadores, estructurado en siete capítulos enmarcados por un prólogo y un epílogo, que describe en detalle cómo llevar a cabo una cacería. Escrito para los jóvenes aprendices, el texto presenta una enseñanza concisa pero con la vivacidad y el interés propios de a quien le apasiona la temática. Gaston Fébus no se olvida de la importancia de los animales que participan en las monterías, especialmente la de los perros, fieles compañeros de los cazadores. Transmite sus conocimientos acerca de las distintas razas y sus respectivos comportamientos, cómo entrenarlas, cómo darles de comer e incluso cómo tratar sus diversas enfermedades. Resulta patente que la caza, afición por excelencia de cualquier señor de la Edad Media, no es solamente un pasatiempo, sino que conlleva muchas habilidades y cualidades tanto humanas como profesionales.
Pero quedarnos únicamente con su contenido técnico sería obviar la esencia de la obra de Gaston Fébus. En efecto, más allá del ámbito de la caza, este tratado tan personal y original es ante todo una obra propia de su tiempo, un tiempo en que la idea del pecado y del temor a la condenación era omnipresente. Al redactar su obra, Gaston Fébus presenta la caza como un ejercicio de redención que permitiría al cazador el acceso directo al Paraíso. De hecho, la actividad física de quien caza, que requiere de cierta experiencia, es un remedio perfecto para evitar la ociosidad, fuente de todos los males, al tiempo que mantiene la prudencia de cuerpo y mente y evita así toda posibilidad de pecado. Lo que esta obra pone sobre la mesa no es otra cosa que la tragedia de la existencia humana, la búsqueda de la vida eterna después del paso por el mundo terrenal, que es donde nos la ganamos.
 
La ilustración

Las miniaturas del Libro de la caza fueron encargadas a varios artistas, entre ellos un grupo llamado «corriente Bedford», del que destaca el Maestro de los Adelfos, por su sentido de la observación y la estilización decorativa, que hacen de sus trabajos ejemplos muy representativos del estilo gótico internacional. También asociado a este grupo identificamos al Maestro de Egerton, de estilo cercano al de los hermanos Limbourg. Por último, creemos poder distinguir también al Maestro de la Epístola de Otea, cuyas obras son reconocibles por su textura pictórica gruesa, muy diferente de la factura suave propia de la «corriente Bedford», con la cual parece haber colaborado únicamente en este manuscrito.
Dominando a la perfección los códigos de representación de la Edad Media, los miniaturistas ponen su arte al servicio del proyecto pedagógico de Gaston Fébus. Los segundos planos están bellamente decorados con miniaturas que recuerdan a los tapices de la época, pero en pequeño formato. No se busca tanto representar un espacio real como hacer hincapié en la jerarquía de valores. Todo está calculado y se refleja en un discurso coherente. El paso del tiempo está bien evocado por las diferentes edades de los personajes, sus actividades, sus relaciones y su situación en el espacio; se establece así un paralelismo entre la caza y el proceso de aprendizaje de la vida. El carácter mimético y a la vez ordenado de los elementos confiere al conjunto mucha entidad y cierto aire de serenidad, guiando al lector para que éste descubra los secretos de una montería bien desarrollada. Más allá de una lección de caza, lo que se ofrece es una lección de vida.
Se establece pues un juego de correspondencias típico de la época: las partes del cuerpo se relacionan con los planetas, las estrellas y las flores de la tierra con el cielo. El mundo resuena en un constante eco de sí mismo. Por otra parte, la proximidad de los seres y las cosas, asociada a la dinámica de las líneas, refleja una comunicación entre unos y otros. De hecho, según ha explicado el filósofo Michel Foucault, hasta el siglo xvi el conocimiento del mundo visible e invisible, el arte de representarlo y su interpretación, está basado en la similitud y la repetición: la tierra refleja el cielo, el arte es el espejo del mundo. En el caso específico del Libro de la caza, esta correspondencia se establece a través de la comunión que existe entre los cazadores y sus presas, evocando así la dimensión espiritual de la caza, por la redención y la salvación que promete.
 
Historia del códice

A lo largo de su historia, el manuscrito ha cambiado en numerosas ocasiones de propietario: Aymar de Poitiers (finales del siglo XV); Bernardo Cles, obispo de Trento, quien poco antes de 1530 regaló el manuscrito a Fernando I de Habsburgo, infante de España y archiduque de Austria, hermano de Carlos V. En 1661, el marqués de Vigneau regaló el Libro de la caza al rey Luis XIV (r. 1643-1715), quien mandó conservar el manuscrito en la Biblioteca Real. En 1709 se extrajo de la biblioteca y fue a parar a manos príncipe heredero de Francia, el duque de Borgoña, quien a su vez lo archivaría en el Cabinet du Roi. En 1726, el manuscrito reaparece en la biblioteca del castillo de Rambouillet, en posesión del hijo natural de Louis XIV, Luis Alejandro de Borbón. Tras su muerte lo heredó su hijo, el duque de Penthièvre. Más tarde perteneció a la familia Orleans y finalmente al rey Luis Felipe, quien en 1834 lo llevó al Louvre. Tras la revolución de 1848 fue devuelto a la Biblioteca Nacional.
 

volumen de estudio

Libro de la caza, Gaston Fébus Bibliothèque nationale de France, París
Contenido:
  • Del editor al lector - Manuel Moleiro
  • Prefacio - Claude d’Anthenaise
  • Gaston Fébus, príncipe de luces y sombras - Claudine Pailhès
  • Ejecución y tradición manuscrita del Libro de la caza - Yves Christe
  • El Français 616: Los artistas - Inès Villela-Petit
  • Iconografía del Libro de la caza, la excelencia del Français 616 - Yves Christe
  • Libro de la caza - Pascal Bergerault
  • Libro de oraciones - Pascal Bergerault 
  • Bibliografía
Autores:
  • Manuel Moleiro
  • Claude d’Anthenaise - Director del Musée de la Chasse et de la Nature
  • Claudine Pailhès - Antigua directora de los Archives Départementales de l’Ariège
  • Yves Christe - Profesor emérito, Université de Genève
  • Inès Villela-Petit - Historiadora del arte, Bibliothèque nationale de France
  • Pascal Bergerault - Université de Tours
 
ISBN: 978-84-16509-23-2
Idioma: español, inglés, francés 

Miniaturas

Características

• Signatura: Français 616
• Fecha: París, principios del siglo xv
• Tamaño: ±370 x 275 mm
• 436 páginas, 87 miniaturas
• Encuadernado en marroquín, cabezadas cosidas a mano
• Estudio monográfico ilustrado en color (496 pp.) a cargo de Claude d’Anthenaise (Musée de la Chasse et de la Nature), Yves Christe (Université de Genève), Claudine Pailhès (Archives Départementales de l'Ariège), Inès Villela-Petit (Bibliothèque nationale de France) y Pascal Bergerault (Université de Tours)
«Casi-original», edición primera, única e irrepetible, limitada a 987 ejemplares numerados y autentificados notarialmente
ISBN: 978-84-16509-24-9

Opiniones

“Ich bin allerdings davon überzeugt, daß (...) nicht nur die Technik (...), sondern auch Ihr persönliches Streben nach Perfektion eine Wiedergabe ermöglicht hat, welche die Illusion vermittelt, das Original aus Paris in Händen zu halten. Schuber und Buchdeckel sin aufwändig nachgebildet, die buchbinderische Qualität in bestem Leder erfüllt höchste Ansprüche und die facsimilierten Blätter überzeugen nicht nur optisch sondern auch olfaktorisch. (…) Vielleicht hat Ihnen Señor Arturo den zweiten Band meines Reisebuchs mit dem Kapitel Silos gezeigt, in dem ich auf den Apokalypse-Kommentar des Beatus de Liébana im Allgemeinen und auf Ihre höchst verdienstvollen Publikationen im Besonderen hinweise, die zu den schönsten Büchern meiner Bibliothek gehören und zu denen sich nun mit dem Livre de la Chasse noch ein in jeder Hinsicht außergewöhnliches Kleinod gesellt hat.”

Günter E. – Germany

“It starts with the weight of this historically important work, which together with the commentary volume weighs a respectable 10 kilograms. It takes its toll and due respect when you unpack it. Once unpacked, it reveals the artistically designed and extremely elaborate cover. Once again you can see the hand of the master bookbinder, who masters his craft at the highest level and makes us happy with it. It is almost idle to report on the quality of the book clone, because you really think you have the valuable original in your hands. It is also idle to report on the various masters of illumination, writing and decoration, since they were all only the very best in their field at the time, who only worked for the very highest noble houses. I cannot imagine what the originals may have actually cost. How many families could have lived for how long at that time? However, we can study a precise replica of this magnificent work at home and enjoy the incredibly beautiful details. I am always enraptured by the love and passion with which the artists at that time dedicated themselves to this task and what they made of it. The book of the hunt is by no means inferior to the Très Riches Heures des Duc de Berry. Thanks to the same artists who have immortalized themselves for posterity in both works, it reveals the identical expression and virtuosity that is hidden in the various messages conveyed by the illuminations. M. Moleiro Editor has once again excelled in offering us an almost-original 700 years after the release of the original France 616, which is simply a pleasure to own and peruse. The commentary volume is extremely readable and informative and in itself a magnificent book and a treat for every bibliophile.”

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