El título de esta ilustración es descriptivo: habla de un hombre que había ayudado a una serpiente y después la mató. Pero no se nos dice cómo se llama ese hombre, ni por lo tanto se nos informa sobre el origen de la historia; por ser un hecho bastante común en la literatura épica y no épica de Arabia y Persia, es difícil precisarlo.
Como el san Jorge que mata al dragón en la iconografía cristiana oriental, pero también como el héroe Esfandyar en la obra épica persa Shahnama (Libro de los reyes), este hombre aparece degollando, con una lanza de imposible delgadez, a una serpiente con cabeza de dragón. El reptil también está siendo pisoteado por el camello, en cuya guarnición no falta un cencerro colgado del cuello. Hay un arroyo en el primer término, y un paisaje con altos riscos y un árbol de gran porte más allá de las figuras.
El rostro del hombre que mata a la serpiente es inexpresivo. Se cubre con un turbante que le envuelve también la garganta, un tocado típicamente otomano con el que probablemente se quiso representar a un nómada tribal y situar así la escena en tiempos pretéritos. La imagen se podría comparar con muchas otras del códice contemporáneo Qisas al-anbiya’ (Narraciones de los profetas, véase supra, f. 80r), y es posible que la fuente de la historia se encuentre en textos similares.
Stefano Carboni
The Metropolitan Museum of Art
Conservador adjunto del Dpto. de Arte islámico
(Fragmento del volumen de estudio del Libro de la Felicidad)
El título de esta ilustración es descriptivo: habla de un hombre que había ayudado a una serpiente y después la mató. Pero no se nos dice cómo se llama ese hombre, ni por lo tanto se nos informa sobre el origen de la historia; por ser un hecho bastante común en la literatura épica y no épica de Arabia y Persia, es difícil precisarlo.
Como el san Jorge que mata al dragón en la iconografía cristiana oriental, pero también como el héroe Esfandyar en la obra épica persa Shahnama (Libro de los reyes), este hombre aparece degollando, con una lanza de imposible delgadez, a una serpiente con cabeza de dragón. El reptil también está siendo pisoteado por el camello, en cuya guarnición no falta un cencerro colgado del cuello. Hay un arroyo en el primer término, y un paisaje con altos riscos y un árbol de gran porte más allá de las figuras.
El rostro del hombre que mata a la serpiente es inexpresivo. Se cubre con un turbante que le envuelve también la garganta, un tocado típicamente otomano con el que probablemente se quiso representar a un nómada tribal y situar así la escena en tiempos pretéritos. La imagen se podría comparar con muchas otras del códice contemporáneo Qisas al-anbiya’ (Narraciones de los profetas, véase supra, f. 80r), y es posible que la fuente de la historia se encuentre en textos similares.
Stefano Carboni
The Metropolitan Museum of Art
Conservador adjunto del Dpto. de Arte islámico
(Fragmento del volumen de estudio del Libro de la Felicidad)