Lejos de ser amenazador, el León es un gracioso animal que flota en el cielo casi como nadando. La larga cola curvada, la hermosa melena y la expresión de gato doméstico le confieren un aspecto de absoluta docilidad. El jinete que cabalga sobre su lomo, más erguido que sentado, es el Sol con su radiante esplendor. Viste caftán rojo y dorado y una faja estrecha y muy larga, anudada a la cintura y con los extremos ondeando en el aire. Es curioso que, en lugar de sostener la corona de rayos, el Sol se toque la barbilla, en un gesto que cabría interpretar como de sorpresa o perplejidad.
Saturno hace su primera aparición en el manuscrito como primero de los regentes de los decanatos. Es un hombre de tez oscura y barba blanca, vestido con un calzón ajustado y provisto de una larga pala. Le siguen Júpiter, apaciblemente sentado con un libro, y en el tercer decanato Marte, con su habitual lanza y su cabeza cortada, pero en este caso de pie.
Stefano Carboni
The Metropolitan Museum of Art
Conservador adjunto del Dpto. de Arte islámico
(Fragmento del volumen de estudio del
Libro de la Felicidad)