Los monos son unos animales a los que les gusta imitar todo lo que ven hacer a los hombres. Se sienten alegres cuando hay luna nueva, y con la luna llena y menguante se entristecen y se llenan de gran melancolía. Y sabed que la hembra pare siempre dos hijos. Quiere muchísimo a uno de ellos, pero detesta al otro. Cuando aparece el cazador por la selva, aferra al que más quiere contra su pecho sujetándolo con los brazos, y lleva al que aborrece colgado a la espalda, cogido por el cuello con los brazos.
Cuando ve que los cazadores están cerca y no podrá escapar, por el miedo que siente de morir, suelta al hijo que más quiere, al que tiene en sus brazos. Y el otro se aferra tan fuertemente al cuello que su madre que su madre no puede desembarazarse de él y, quiera o no, debe llevarlo a cuestas. Y así la madre y el hijo menos amado escapan del peligro de los cazadores. Dicen los etíopes que en su tierra existen monos de distintas variedades, pero el libro no va a decir más de lo que ha dicho.
Traducción del texto original de Brunetto Lattini en el Bestiario del Libro del Tesoro (ca. 1230-1294)
Conservado en la Biblioteca Nacional de Rusia, San Petersburgo