La miniatura muestra un gran árbol que casi ocupa toda la ilustración. En la base, el esbelto tronco plateado del árbol, que surge de unas raíces doradas, está rodeado por una enorme corona de oro –un detalle tomado del Aurora Consurgens– que indica su importancia en el «Arte real». En la copa del árbol se ha posado un gran cuervo de cabeza blanca que picotea las transparentes perlas blancas de las ramas, mientras una gran bandada de pájaros sale volando en todas direcciones. Más abajo, de una rama cuelga un cesto trenzado en el que se van depositando los frutos; junto a éste, un joven, vestido de negro y con unas llamativas botas altas de oro, se ha subido a una escalera. Con la mano izquierda tiende una rama dorada con hojas de reflejos también dorados hacia dos hombres con barba que visten ropajes blancos y rojos a la antigua usanza.
La miniatura principal está enmarcada por la extraordinaria recreación de un escenario, con dos altos paneles laterales. En la base se nos ofrece una escena que transcurre en un baño de mujeres. En el balcón de la derecha, un rey observa la escena, que se hace así reconocible como una recreación libre del episodio de Betsabé del Antiguo Testamento. El zócalo está adornado con un friso en relieve con una escena de lucha y un medallón en el centro en el que se lee la fecha «1582» inscrita en oro.
El símbolo del árbol de la vida, denominado en alquimia «árbol filosófico» (arbor philosophica), representa la obra alquímica (opus alchymicum) y se considera la fase previa a la perfección. Estos hechos apoyan la observación de John Read, según la cual el joven se apoya sobre el sexto y séptimo peldaño de la escalera, cuyos siete peldaños simbolizan el orden de los siete planetas y sus respectivos metales, lo que sitúa el proceso alquímico en la transición de la plata al oro.
Como sugiere el texto de la segunda parábola, que en el manuscrito precede a la imagen, las figuras representan las tres generaciones de la familia de Eneas: el propio Eneas, su padre Anquises y, subido al árbol, su hijo Silvio. Y, efectivamente, los dos filósofos bajo el árbol (en posición invertida) han sido copiados fielmente de una xilografía de una edición de la obra de Virgilio publicada en 1502 por Johannes Grüninger, en Estrasburgo. Las tres generaciones de la familia llevan vestimentas con los tres colores alquímicos principales: el joven viste de negro, el color del principio; el sobretodo de su padre Eneas es blanco, símbolo de la fase intermedia, del opus parvum; y el manto del más viejo de la familia, Anquises, es de color rojo, símbolo de la perfección, del opus magnum. Los pájaros que alzan el vuelo son un símbolo, frecuentemente utilizado en la alquimia, de la evaporación (sublimation); la cabeza blanca del cuervo puede simbolizar la evaporación de residuos sólidos en la retorta, y en la obra del alquimista señala la transición de la fase de nigredo, de la negrura, a la de albedo, la blancura.
Jörg Völlnagel
(Historiador del Arte e investigador asociado de los Staatliche Museen zu Berlin)