«Aquí envía Noé la paloma por orden de Dios para saber si encuentra tierra firme y emprende el vuelo y no regresa luego luego (sic) envía otra paloma y ésta regresa con los pies embarrados pues no encontró tierra firme y luego envía un cuervo y éste se posa sobre una carroña y él envía de nuevo una paloma y ésta encuentra tierra firme y trae un ramo de olivo».
Noé envía pues una paloma, luego otra que regresa con las patas embarradas, luego un cuervo que fue a posarse en una carroña, luego una tercera paloma que regresó con un ramo de olivo. El orden no es el de la Vulgata. El orden canónico es éste: Noé envía primero un cuervo que regresa, luego una paloma que regresa también al arca. Soltada por segunda vez, regresa con un ramo de olivo en el pico. Noé la suelta por tercera vez y ya no regresa.
Esas aves son los discípulos que el buen prelado, que no ha sido representado, envía al mundo para predicar. La primera paloma que no regresa, es el buen monje que muere en su claustro. Puede verse su alma alada emprender el vuelo desde el tejado de la iglesia y elevarse por el cielo. El buen monje que regresa a su claustro, es la paloma que vuelve al arca con las patas cubiertas de «booz», pues el barro significa ese mundo que no le ha parecido bueno. En la Biblia de Nápoles, ese monje que regresa es recibido en la puerta de su monasterio por un laico vestido de rosa, de pie ante tres monjes. El cuerpo en su carroña, aquí un cadáver de asno sobre las aguas, es el mal monje en la carroña de este mundo donde come malos trozos tras haber prescindido de la palabra de Dios. Ese mal monje es representado, a la izquierda, con una bolsa en la mano, tragando golosamente un gran trozo de alimento ante una mujer de mala vida. Y hemos visto que la paloma con el ramo de olivo había sido olvidada en la glosa. ¿Prefigura tal vez el monje que regresa a su claustro y que blande una palma?
A las Biblias en tres volúmenes les tocó restituir el orden canónico de la Vulgata, cuyo texto substituyó las paráfrasis bíblicas, muy fantasiosas, de las Biblias en un volumen. El envío de las cuatro aves y su interpretación alegórica se disponen en dos pares de medallones: el cuervo y la primera paloma primero, la segunda y tercera palomas luego. El cuervo que regresó es un monje que lleva una bolsa y abraza a una cortesana tras una mesa bien provista; la paloma que regresa es un penitente laico presentado por Cristo y recibido por un sacerdote en la puerta de una iglesia. Reconocemos aquí la figura del laico mal interpretada e insertada en el medallón de moralización de la Biblia de Nápoles. La paloma que regresó con un ramo de olivo es un penitente en calzones recibido por la Ecclesia mientras que la que no regresó es un eremita que vive solo en una gruta.
Yves Christe
Universidad de Ginebra
Marianne Besseyre
Centro de Investigación de Manuscritos Iluminados, Bibliothèque nationale de France
(Fragmento del libro de estudio Biblia moralizada de Nápoles)