Arriba, entre el Sol y la Luna, la mano de Dios bendice desde una nube; debajo, el salmista sostiene dos rollos (v. 2, Exaltabo te Domine quoniam suscepisti me // Te glorificaré Señor, pues tú me has exaltado; v. 9, Ad te Domine clamabo, et ad Deum meum deprecabor // A ti, oh Señor, clamaré, y suplicaré a mi Dios). Abajo tres demonios empujan con sus horcas varias cabezas hacia las llamas del infierno mientras, debajo suyo, están la mano de Dios y Jesús, que porta un báculo rematado en cruz en una mano y tira de un hombre extrayéndolo de un féretro con la otra; dos ángeles que sostienen sus respectivos libros, uno abierto y otro cerrado, permanecen a su lado (v. 4, Domine eduxisti ab inferno animam meam: salvasti me a descendentibus in lacum // Señor, has extraído mi alma del infierno: me has salvado de aquellos que bajan al foso). Debajo de la Luna, un hombre sentado que sostiene un rollo se lleva una mano a la cabeza afligido en contraposición con el salmista que está debajo del Sol en la parte derecha de la ilustración (v. 6, (A)d vesperum demorabitur fletus, et ad matutinum leticia // Durante el anochecer durará el llanto, y por la mañana la alegría; v. 8, Avertisti faciem tuum et factus sum conturbatus // Me giraste tu rostro, y me turbé). Debajo suyo observamos un grupo de personajes tres de los cuales portan libros y rollos (v. 5, Psallite Domino sancti eius, et confitemini memorie sanctitatis eius // Entonad al Señor, vosotros sus santos, y ensalzad el recuerdo de su sacralidad).