Este salmo versa sobre el castigo de los pecadores y hacedores de mal, sobre la condena que les será asignada, en contraste con la misericordia que Dios muestra con los justos. Al igual que en el anterior salmo, el título (Cuando el idumeo Doeg vino a anunciar a Saúl) explica gran parte de la iconografía, que recoge la historia de Doeg y Saúl como un ejemplo de malicia y perversidad. En la parte superior, entre varios ángeles, se representa el busto de Dios que sostiene un libro abierto mientras bendice. A cada lado, cuatro hombres sentados discutiendo mientras los ángeles gesticulan hacia ellos (v. 8, Videbunt iusti et timebunt // Los justos verán y temerán). Debajo de Dios, el salmista, con un tocado apuntado, se encuentra junto a un olivo (v. 10, Ego autem sicut oliva fructifera in domo DeI: speravi in misericordia Dei in aeternum // Pero yo, como un provechoso olivo en la morada del Señor, he confiado en la eterna misericordia de Dios) mirando a Saúl mientras con una mano señala a Dios y con la otra acerca la hoja de un cuchillo a un árbol (v. 4, Sivut novacula acuta fecisti dolum // como una afilada cuchilla has obrado engaño). A su lado, un rey se precipita de cabeza desde su trono situado a la entrada de un palacio (v. 7, Propterea Deus destruet te in finem. Evellet te, et emigrabit te de tabernaculo // Por tanto, Dios te destruirá para siempre. Te arrojará fuera y te sacará de tu morada). En la parte inferior derecha, Saúl entronizado en su palacio sostiene una espada junto a dos de sus consejeros detrás de él mientras Doeg el idumeo se presenta a su presencia (I Sam 22, 9-10) para anunciarle que David ha visitado al sacerdote Ajimelec que le ha entregado la espada de Goliat.
Este salmo versa sobre el castigo de los pecadores y hacedores de mal, sobre la condena que les será asignada, en contraste con la misericordia que Dios muestra con los justos. Al igual que en el anterior salmo, el título (Cuando el idumeo Doeg vino a anunciar a Saúl) explica gran parte de la iconografía, que recoge la historia de Doeg y Saúl como un ejemplo de malicia y perversidad. En la parte superior, entre varios ángeles, se representa el busto de Dios que sostiene un libro abierto mientras bendice. A cada lado, cuatro hombres sentados discutiendo mientras los ángeles gesticulan hacia ellos (v. 8, Videbunt iusti et timebunt // Los justos verán y temerán). Debajo de Dios, el salmista, con un tocado apuntado, se encuentra junto a un olivo (v. 10, Ego autem sicut oliva fructifera in domo DeI: speravi in misericordia Dei in aeternum // Pero yo, como un provechoso olivo en la morada del Señor, he confiado en la eterna misericordia de Dios) mirando a Saúl mientras con una mano señala a Dios y con la otra acerca la hoja de un cuchillo a un árbol (v. 4, Sivut novacula acuta fecisti dolum // como una afilada cuchilla has obrado engaño). A su lado, un rey se precipita de cabeza desde su trono situado a la entrada de un palacio (v. 7, Propterea Deus destruet te in finem. Evellet te, et emigrabit te de tabernaculo // Por tanto, Dios te destruirá para siempre. Te arrojará fuera y te sacará de tu morada). En la parte inferior derecha, Saúl entronizado en su palacio sostiene una espada junto a dos de sus consejeros detrás de él mientras Doeg el idumeo se presenta a su presencia (I Sam 22, 9-10) para anunciarle que David ha visitado al sacerdote Ajimelec que le ha entregado la espada de Goliat.