Dentro del oficio de difuntos, se encuentra una escena de banquete en donde el rico Epulón está sentado con una mujer ante una borriqueta cubierta con un mantel, de acuerdo con el mobiliario francés de la época, con abundante alimento. Ambos dialogan, en el interior abovedado de un edificio con decoración clasicista que da a la calle, sin fijarse en Lázaro, vestido como campesino, con las llamadas tablillas de san Lázaro en su mano izquierda, como leproso, y llevándose la derecha a la mejilla en señal de dolor, rechazado por los criados y recibido por dos perros.